Liga Mundial de Voleibol: poco más de lo esperado
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Las dos derrotas de Cuba ante Serbia por 3-1 en el inicio de la Liga Mundial de Voleibol son noticias que la afición deportiva de este deporte presumía de antemano, aunque hay que reconocer que, por momentos, nuestra selección enseñó lo mejor que tiene: sus potencialidades futuras para una disciplina cada vez más exigente a nivel universal.
La segunda presentación de los muchachos que dirige Orlando Samuels fue mucho más asentada y colorida que la primera, ante un Coliseo de la Ciudad Deportiva que si bien no albergó la misma concurrencia de la primera jornada, al menos en apoyo y entusiasmo a sus muchachos repitió la misma dosis.
Si en la primera fecha, los serbios se vieron muy superiores en todos los aspectos a los nuestros, en la noche del sábado hubo más paridad desde el inicio, aunque la inexperiencia antillana les hizo ceder una ventaja que tenían desde el comienzo y perder el primer parcial 26-24.
En el segundo set, los visitante impusieron un ritmo inalcanzable y se llevaron el triunfo 25-22, lo cual dejó la escena lista para un repunte cubano en la tercera manga (25-18), cuando varios cambios en la formación titular y un mayor protagonismo de Rolando Cepeda rindieron los frutos esperados por los miles de aficionados que coreaba: “sí, se puede, sí se puede”.
Pero la historia del cuarto parcial volvió a ser la vaticinada por todos, con más errores de lo debido en el saque y sobre la net, en tanto los visitantes reencontraron su juego de siempre y con la victoria 25-21 aseguraron regresar a Europa con los seis puntos imprescindibles para anclar primeros del grupo, junto Rusia.
¿Qué detalles importantes dejó ver nuestra selección varonil ante un rival que lo superaba claramente sobre el mundoflex? Primero, el ataque característico de nuestras escuadras de voleibol, encabezado por Yordan Bisset, quien mostró el rendimiento más estable en ese renglón de juego con 30 puntos, seguido por Lázaro Fundora (269 y Cepeda (24).
Segundo, la buena preparación física, a pesar de que cierto cansancio se notó entre los muchachos al finalizar el segundo cotejo; y tercero, un recibo más confiable que no siempre encontró la mejor imaginación del pasador Liam Sen para fructificar en punto. De lo más negativo, un por ciento muy bajo de bloqueo por set y por juego, arma fundamental en el voleibol moderno y que hasta hace unos años constituía una de nuestras fortalezas.
Al término del enfrentamiento con Serbia, el director técnico antillano, Orlando Samuels volvió a ratificar lo dicho en la antesala de estos partidos. “Los objetivos este año son distintos, ganar un partido será muy difícil, pues se comenten todavía errores elementales que solo se pueden corregir con experiencia competitiva, algo que nos falta con esta selección”.
El próximo fin de semana la película será similar, solo que tendrá por escenario a Turín y Florencia, en Italia. Todos estamos claros que pensar en uno de los dos boletos a la final es una utopía hoy, pero frente a Alemania, Irán y ante los propios italianos es posible arrancarle alguna sonrisa. Sería estimulante para el trabajo de nuestros técnicos y para esta afición que ha hecho del voleibol otra de sus pasiones.
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