Camilo Cienfuegos, la imagen del pueblo
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Cada 28 de octubre el pueblo de Cuba rinde homenaje de recordación al Comandante Camilo Cienfuegos Gorriarán, desaparecido físicamente en esa fecha de 1959.
Había nacido el seis de febrero de 1932 en la barriada de Lawton, en La Habana, en el seno de una familia humilde, y desde muy joven comprendió la necesidad de luchar por transformar la situación imperante en Cuba, y viaja hacia estados Unidos en busca de mejores horizontes económicos.
La cruda realidad que encontró en el país norteño, acentuó en Camilo la comprensión de que los problemas de su Patria, debían tener una solución radical e iban más allá de intereses individuales.
Corría el año 1955 y Camilo resulta detenido y deportado a Cuba, donde de inmediato se suma a las luchas estudiantiles, y en esos trajines experimenta en carne propia cárcel, tortura y heridas, por lo que marcha de nuevo al exilio para enrolarse en México en la expedición del yate Granma que traería a Cuba la avanzada de la dignidad para conquistar la verdadera y definitiva independencia.
Muy pronto sus naturales dotes de mando, su arrojo en el combate y su valor a toda prueba lo hicieron sobresalir entre los combatientes del Ejército Rebelde, hasta alcanzar el grado de Comandante y junto al Che Guevara protagonizar la invasión de Oriente a Occidente, convirtiéndose así en émulos de Máximo Gómez y Antonio Maceo, que hicieron similar hazaña en la guerra de 1895 contra el colonialismo español.
Tras el triunfo de la Revolución Cubana el primero de enero de 1959, Camilo ocupa altas responsabilidades y cumple importantes misiones, como fue la de neutralizar el intento sedicioso en Camagüey mediante el arresto del traidor Hubert Matos, y al regresar a La Habana desaparece en un accidente de aviación.
El Che Guevara, al que lo unía una estrecha amistad, a pesar de ser un hombre parco en elogios, calificó a Camilo como El señor de la Vanguardia y el más brillante de todos los guerrilleros. Fidel, al dirigirse al pueblo en un discurso en los días iniciales del triunfo preguntó, como muestra de confianza absoluta ¿voy bien, Camilo?, y el pueblo sentía por el héroe admiración, respeto y cariño.
La desaparición física de Camilo Cienfuegos constituyó un duro golpe y una pérdida irreparable. El guerrillero del sombrero alón y la sonrisa franca, aquel que representaba la imagen del pueblo, se perdió en el mar y pasó a ocupar eternamente un sitio en el corazón de todos los cubanos, que cada 28 de octubre arrojan flores al mar, rios y arroyos, en homenaje al Señor de la Vanguardia.
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