Primer capítulo
especiales

Después del fiasco de Santa María del Porvenir, la Televisión Cubana apuesta por la contemporaneidad en su espacio de telenovelas. Hay que dicirlo: en los últimos años las telenovelas de época no han brillado. La falta de recursos y de vuelo han lastrado las producciones. Recrear los tiempos que corren, obviamente, es más fácil, al menos desde el punto de vista de los decorados y el vestuario.
Claro que la cuestión va más allá de un diseño escenográfico. Pero lo cierto es que, según las encuestas, el público prefiere las historias ambientadas en el aquí y ahora. Por lo menos eso piden de la telenovela cubana, porque con las producciones extranjeras (especialmente con los novelones brasileños) suelen ser más abiertos.
Cubavisión estrenó este lunes Tierra de fuego, un folletín ambientado en el campo cubano contemporáneo, en una cooperativa ficticia integrada por tres fincas. Tres fincas, tres núcleos. Y a juzgar por el primer capítulo de la serie, una buena cantidad de conflictos y situaciones problemáticas.
No nos vamos a aventurar todavía: habrá que dar tiempo, ver cómo se desenvuelven las tramas. Pero lo visto en esta primera entrega nos da buena espina. A diferencia de otras telenovelas cubanas, en las que la presentación de los conflictos tarda unos cuantos capítulos, aquí se pusieron sobre el tapete las principales cuestiones en el primero.
Fue un capítulo bien contado, de aceptable visualidad. Hay un regodeo plausible en el paisaje del campo cubano (eso suele faltarle a nuestras producciones), los sets están bastante bien concebidos, la fotografía resultó funcional (aunque, como es habitual, faltan primeros planos), la edición fue dinámica...
El elenco, a primera vista, luce cómodo. Algunos más que otros, por supuesto.
No dudo que muchos televidentes se muestren excépticos con el tema. Hay muchos prejuicios con las historias tan contextualizadas y ligadas de alguna manera al sector productivo. Muchos le temen al panfleto, al realismo socialista... Pero los realizadores aseguran que esta —como todas las telenovelas que se respeten— es una historia de amor.
De todas formas, ya está más que comprobado que la telenovela puede ser más que eso. Y el público no se cansa de solicitar series que reflejen los problemas del día a día, el mundo que nos rodea (algo un poco complicado, teniendo en cuenta el formato). Así que lo mejor será dejar a un lado los prejuicios...
Eso sí, una primera crítica: la presentación deja mucho que desear, parece hecha por aficionados. Resulta tan difícil concebir que a estas alturas —con tantos graduados de diseño, con tantos ejemplos de buenos productos audiovisuales hechos en Cuba— una telenovela se permita una presentación tan poco profesional.
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