La poesía de Piedad Bonnett en Cuba

Piedad Bonnett, una de las voces más representativas de las letras contemporáneas en Colombia, llega este viernes a la Sala Manuel Galich de la Casa de las Américas para ofrecer una conferencia sobre escritura literaria.

La escritora colombiana forma parte de una generación marcada por la mirada hacia adentro del propio proceso creativo. Considerada una de las más prominentes intelectuales de ese país, Bonnet ha despuntado como poeta, novelista y  dramaturga y cuenta con una obra que ha merecido diversos reconocimientos entre los cuales se incluyen el Premio Nacional de Poesía , otorgado en 1994 y el Casa América de Poesía, por la obra Explicaciones no pedidas, del 2011.

El hogar, la vida cotidiana, la memoria, el tiempo, el miedo son temas recurrentes en su universo poético, el cual está marcado por  las contradicciones entre el yo universal y la individualidad; entre el discurso coral y la confesión intimista. “Creo que lo prosaico es susceptible de ser poetizado, en la medida en que sepamos leer sus señales, toda la corriente de vida y muerte que podemos encontrar en la calle, en la conversación trivial, en las sábanas que se
destienden”, refiere la escritora en uno de sus textos.

Según la autora, recuperar lo cotidiano es parte vital de una estética en que ya no hay cabida ni para lo heroico ni para lo sublime. “Nos aferramos al instante porque pareciera ser lo único que tenemos y es en la mirada a lo cotidiano donde se descubre la alegría y la miseria de nuestra vida”.

En poemarios tales como Ese animal triste (1996) y El hilo de los días (1995) o Nadie en casa (1994) se testimonian con un lenguaje sencillo los pequeños azares del hombre y la mujer común. Predomina el tono conversacional, de confesión donde la voz poética alcanza altos niveles de verosimilitud. Bonnet niega las construcciones rimbombantes o las metáforas demasiado elaboradas.

Su libro de entrevistas con seis poetas Imaginación y oficio (2003), reconocido por los círculos literarios de su país, atiza fantasmas, remueve las cimientes que han sustentado los espacios de construcción de los poetas seleccionados; los devuelve desde sus universos particulares y los ancla, a la vez, a contextos políticos y culturales específicos.

La obra narrativa de Bonnet tampoco renuncia a los cuestionamientos. Su novela Siempre fue invierno (2007) representa sin arquetipos y lugares manidos a dos personas provenientes de ámbitos opuestos de la sociedad colombiana durante la década del 80. En especial aborda las frustraciones y hallazgos de toda su generación. Para otros es el cielo (2004) deviene conciencia de su tiempo, del nuevo héroe que tiene como escenario la ciudad de Bogotá, pero también la ciudad-universal.

Ya sea desde los desgarramientos que impone el acto creativo, hasta la mirada cuestionadora desarrollada con el ejercicio crítico, Piedad Bonnet  ha contribuido a la promoción y ensanchamiento de la literatura colombiana contemporánea.