Cómo vivir sin dinero en Europa (+ VIDEO)
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Por este lado del mundo hace rato lo sabemos: a veces es mejor el trueque que la compra. Pero en Europa muchos parecen acabar de descubrirlo. La grave crisis económica en el viejo continente ha empujado algunos (muchos, son millones los desempleados) a buscar alternativas. Pululan en la red sitios y blogs que predican que se puede vivir dignamente con mucho menos. En realidad han estado ahí desde hace mucho tiempo, pero ahora están en el centro de atención.
El diario español ADN ha dedicado recientemente dos planas al asunto. En un reportaje llamado Vivir (casi) sin dinero, se develan fórmulas para pasarla con mucho menos presupuesto. Se habla del trueque, del reciclaje, del autoconsumo… Son términos que en países subdesarrollados se emplean bastante, pero en la rica Europa suenan casi a medidas de excepción.
Lo reconoce el periódico: “Los años de crisis están obligando a las clases medias y bajas a replantearse sus patrones de gasto pero va calando la filosofía de que el comprar por comprar no da el pasaporte a la felicidad ni al mayor confort y además es insostenible”. Se trata, asegura, de aprender a “reducir las necesidades para no depender tanto del dinero”.
En Madrid, por ejemplo, funcionan ya cooperativas que intentan crear “vínculos virtuosos” entre los vecinos de las comunidades. Proponen sembrar huertos, intercambiar servicios, darle más vida útil a muebles y artefactos. La crisis está siendo la mejor plataforma: mucha gente se ha dado cuenta de que no hay manera de sostener estilos de vida por encima de las posibilidades reales… y que tampoco hace falta hacerlo.
Algunos, por supuesto, están conscientes de esa circunstancia mucho antes de la crisis: se hacen llamar “decresionistas”, y apuestan por un desarrollo sostenible. España consume actualmente casi el triple de lo que es capaz de producir. Para ponerlo en otras palabras: sino fuera por el comercio internacional, harían falta casi tres Españas para cubrir el consumo actual. ¿De dónde sale el plus? Es obvio, del mundo subdesarrollado. Los decresionistas claman por reducir sensiblemente las demandas, haciendo notar que no hay necesidad de regresar a las cavernas, sencillamente es cuestión de vivir esencialmente.
Se han publicado libros que “enseñan” a potenciar los pequeños placeres de la vida, de aprovecharlo todo hasta el final. Pero buena parte de la gente los asume como filosofía de sobrevivencia, más que como estilo de vida. Con crisis y todo, con millones de parados, con reducciones drásticas de servicios sociales… todavía Europa sigue apegada a esquemas consumistas derrochadores. Con la comida que se bota cada día, pudiera saciarse el hambre de millones de personas en países subdesarrollados. Y también, cada día más, de no pocos conciudadanos.
De cualquier forma, hace tiempo hay en las principales ciudades europeas “tiendas” donde es posible dejar y llevarse ropa de segunda mano sin depositar un centavo. Pero la verdad es que no mucha gente se apunta a estas iniciativas. Y si lo hacen, es por estricta necesidad. Casi todos esperan que la crisis pase, para poder volver a tener la misma capacidad de compra… Mientras, en la mayor parte del mundo la gente ha vivido en una crisis permanente. Y seguirán así por mucho tiempo.
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