Elefante blanco asfixia en Festival de La Habana
especiales
Ricardo Darín arranca aplausos apenas iniciada la proyección, el mensaje de violencia llega súbito y la poderosa música devora las escenas: un Elefante blanco asfixia en el Festival de Cine de La Habana.
Basada en hechos reales, la película de Pablo Trapero (Leonera, Carancho) debutó en el concurso de largometrajes con expectativas a partir de su exitosa andadura internacional y la presencia de Darín, uno de los niños mimados de los cinéfilos cubanos.
El sacerdote Julián (Darín) rescata a su colega francés Nicolás (atrapado en un brutal suceso en la selva centroamericana), para sumarlo a un proyecto en una de las villas miseria de Buenos Aires, sacudida por fuertes componentes de narcotráfico y drogadicción.
Me ha enseñado a dudar de mi falta de fe. El hecho de que haya personas preocupadas por los demás, es algo impensable para muchos, porque vivimos en civilizaciones que dan preferencia al individualismo, declaró recientemente el protagonista de la cinta.
Elefante blanco (un hospital nunca terminado por diferentes gobiernos en Argentina) tiene los componentes de feroz denuncia, crítica sutil a la jerarquía eclesiástica y reconocimiento al clero comprometido con un futuro mejor para la sociedad.
Tierra de nadie, suburbio incómodo y denostado por la vida, Villa Virgen Soldati transpira esperanzas a partir de la idea de terminar el nosocomio y levantar viviendas para sus pobladores. Pero la violencia no faltará en el mundo de drogas y policías.
Para mucha gente que viene de condiciones de extrema pobreza, la villa es un paso para estar más cerca de recursos, e incluso de infraestructura. Refugio final de algunos, emblema de los curas villeros, comentó Trapero (Mundo grúa, El bonaerense).
El filme es poderoso y devastador. Con la dedicatoria al caso no resuelto del asesinato del padre Mugica, impacta por las actuaciones del siempre intachable Ricardo Darín, la excelente Martina Gusmán y el no menos sólido Jéremie Reñiré.
De hecho Gusmán (la esposa de Trapero en la vida real), que ya deslumbró antes en Leonera y Carancho, hace las delicias histriónicas en un excelente mano a mano con el belga Reñiré (El silencio de Lorna, Potiche).
Acogida cálidamente en la sección Un Certain Regard (Una cierta mirada) del prestigioso Festival de Cannes este año, Elefante blanco, con toda su mole de mastodonte, confirma sus potencialidades para el Gran Premio Coral de La Habana 2012.











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