Después de los golpes al crimen organizado mexicano, ¿qué pasará?

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Después de los golpes al crimen organizado mexicano, ¿qué pasará?
Fecha de publicación: 
15 Octubre 2012
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El segundo narcotraficante más buscado en el país, jefe del violento Cártel de Los Zetas, Heriberto Lazcano, alias El Lazca, fue abatido el pasado 7 de octubre en un enfrentamiento casual con efectivos de la marina en el estado de Coahuila.

La Procuraduría General de la República ofrecía una recompensa de 30 millones de pesos (más de dos millones de dólares) para quien proporcionara información sobre el paradero del connotado mafioso.

La lista de los principales capos mexicanos prófugos la encabeza Joaquín Archivaldo Guzmán, El Chapo, máximo jerarca del poderoso Cártel de Sinaloa, quien después de ser capturado se fugó insólitamente de un penal en el estado de Jalisco el 19 de enero de 2001.

Otro importante revés para la delincuencia fue la detención del jefe de unas de las dos facciones del Cártel del Golfo, Jorge Eduardo Costilla, El Coss, ocurrida el 13 de septiembre anterior, en el estado de Tamaulipas.

De similar forma, el cabecilla de la otra rama de esa agrupación criminal, Mario Cárdenas, El Gordo, resultó apresado el día 4 de ese mismo mes, igualmente en Tamaulipas.

Mario es hermano de Osiel, líder histórico de esa banda, quien fue detenido en 2003 y extraditado posteriormente a Estados Unidos, y de Antonio, conocido como Tony Tormenta, muerto en un enfrentamiento con soldados.

Varios lugartenientes de los Zetas también fueron atrapados durante estos días, entre ellos se encuentra Salvador Alfonso, El Ardilla, cabecilla regional en Tamaulipas, muy cercano y compadre del fallecido El Lazca.

Este individuo está identificado como el máximo responsable de la matanza de 72 migrantes centroamericanos y suramericanos, ocurrida en un rancho de San Fernando, en 2010.

Fue asimismo atrapado Carlos Carmona o Román García, El Carlanga, dirigente de Los Zetas en varios municipios del estado de Veracruz.

Elementos del Ejército mexicano el pasado sábado abatieron en un enfrentamiento a Manuel Torres, El Ondeado, uno de los altos dirigentes del Cártel de Sinaloa.

El jefe y fundador del grupo criminal La Resistencia, identificado como Ramiro Pozos, El Molca, quedó apresado durante una operación en el municipio de Metepec, Estado de México.

Del Cártel de Juárez fue encarcelado Noé Hermosillo, El Potrillo, identificado como jefe de plaza en Ciudad Cuauhtémoc, estado de Chihuahua. Además, este sujeto era quien coordinaba las acciones de La Línea, brazo operativo de esa banda.

RESULTADOS TOTALES

Hasta este momento, han sido capturados o aniquilados 25 de los 37 delincuentes más buscados en el país, según esa relación publicada en 2009.

Entre ellos, además de los citados, aparecen entre otros Raúl Lucio Hernández, El Lucky; Arturo Beltrán, El Barbas; Sergio Villarreal, El Grande; y Ricardo Almanza.

Igualmente están encarcelados unos 200 cabecillas regionales de las diversas asociaciones criminales que hay en el país.

Durante el quinquenio del actual gobierno, más de dos mil criminales murieron, casi 400 resultaron heridos y una cifra superior a dos mil fueron detenidos, solamente durante combates con militares, informó recientemente la Secretaría de la Defensa Nacional.

Esas operaciones anticrimen la llevan fundamentalmente a cabo tropas del ejército, de la marina y de la policía federal, ante la actual incapacidad de muchas entidades territoriales para enfrentar por sí solas la criminalidad, lo cual se considera una mayúscula limitación en esta batalla.

Sin embargo, coinciden diversos comentaristas, lo cierto es que a pesar de todos esos resultados de las fuerzas de seguridad, las agresivas bandas de narcotraficantes mantienen incesante su actividad criminal.

Incluso, ahora cometen y amplían nuevos delitos, como el narcomenudeo, la extorsión, el secuestro, la trata de personas y el robo.

En esa ola de violencia, más de 60 mil personas han muerto en los últimos cinco años, según diversas fuentes.

La prensa mexicana cotidianamente revela capturas de delincuentes, pero al mismo tiempo informa sobre nuevas acciones ilícitas, que incluyen hasta horrendas masacres.

Los ejecutores más importantes de esos actos ilegales son los cárteles de los Zetas, de Sinaloa, del Golfo, de Juárez, Los Arellano Félix, la Familia Michoacana y los Caballeros Templarios, así como grupos de sicarios afines.

Aunque de estos, los más poderosos son Los Zetas, que mantienen su presencia en 17 estados, y el cártel de Sinaloa, el cual opera en 16 territorios.

MÁS ALLÁ DEL ENFRENTAMIENTO DIRECTO

El propio gobierno, dirigentes políticos, representantes de sectores sociales, académicos y comunicadores concuerdan en que, más allá del enfrentamiento directo al crimen organizado, la solución definitiva a la criminalidad que hoy azota a México está en erradicar las causas que la provocan y fomentan.

Argumentan la necesidad impostergable de realizar cambios estructurales en el país; entre estos, mejorar la educación, las demás oportunidades a la juventud, el nivel de empleo, el desarrollo económico y el componente social, cuyas carencias favorecen de manera sustancial al auge delictivo.

Expresión de esa urgencia es el estimado de que al finalizar este año habrá en el país unos 60 millones de pobres, más de la mitad de la población.

Además, unos siete millones de jóvenes ahora ni tienen empleo ni asisten a la escuela, quienes son así una fuente prioritaria de "carne de cañón" para la delincuencia.

Esos muchachos, llamados ninis (ni trabajan ni estudian), están constantemente bajo la tentación de ingresar en algunas de las bandas criminales, las cuales ofrecen sus beneficios económicos a ellos.

El narcotráfico obtiene millonarias ganancias y sus cabecillas cuentan con grandes cantidades de dinero para sus operaciones, sobornos y captación de personal.

Asimismo, es criterio generalizado en el país que Estados Unidos debe combatir con mucha mayor fuerza y eficacia su enorme demanda de drogas, el continuo tráfico de armas para los delincuentes y el lavado de dinero.

En esa norteña nación, la mayor consumidora del mundo, se destinan anualmente 65 mil millones de dólares para la compra de estupefacientes, según datos de la propia Agencia Antidrogas (DEA) estadounidense.

El lavado de dinero es otro negocio multimillonario que engrosa las cuentas de los bandidos de uno y otro lado de la frontera.

De acuerdo con datos del Departamento de Estado norteamericano, los cárteles del narcotráfico "blanquean" efectivo por un valor que va de los ocho mil millones a 25 mil millones de dólares anuales.

Por otra parte, la gran mayoría de armas de alto poder de fuego que nutren los arsenales de los malhechores mexicanos proceden de las armerías estadounidenses, que suman unas ocho mil solo en la zona limítrofe entre las dos naciones.

Al referirse a esta perversidad, el presidente Felipe Calderón afirmó que en su gobierno se han decomisado 142 mil armas, la mayoría rifles de asalto, y más del 80 por ciento de estas fueron vendidas en tiendas de Estados Unidos.

Es por tales motivos que se considera a estas tres realidades foráneas como un sostén fundamental de las pandillas delictivas. Por tanto, mientras esos males no se supriman también, será imposible acabar con el crimen organizado mexicano.

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