Al interior de una vedette
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A sus 89 años de vida, la vedette de Cuba, Rosita Fornés, sigue iluminando con su talento y sencillez la escena cubana. Esta vez su impronta inigualable nos llegó por intermedio de un espectáculo que presenta una síntesis de su larga y rica trayectoria artística, de más de siete décadas.
Mi monólogo interior, primera aproximación teatral a la vida de la Fornés, conversa con el público y convierte a los asistentes en cómplices de los sueños, actuaciones, alegrías, reflexiones y amores de la diva cubana, quien en 2013 arribará a los 75 años de trabajo ininterrumpido.
En hora y media de teatro, el actor Jean Marc Rodríguez juega a sus anchas con el tiempo, para transportarnos al programa La Corte Suprema del Arte, donde comenzó todo a los quince años, a la zarzuela Cecilia Valdés, a sus presentaciones en gustados espacios televisivos de la época, a sus actuaciones en México, donde la llamaron primera vedette de la nación azteca y luego de Latinoamérica.
El creador de esta obra, José Antonio Jiménez, dijo que la razón por la cual escogieron a un hombre para encarnar a Rosita, descansa en evitar las comparaciones con otras actrices. «En la actuación no se imita a Rosa, sino que se captan los rasgos esenciales de ella», comentó.
Y ciertamente se logra. Jean Marc, tras cinco meses de estudio y documentación, convence con su interpretación, pues calca sus gestos, forma de hablar y proyección escénica. Aunque en ocasiones la puesta resulte un poco monótona, el propósito se cumple: reconocer en vida a quien ha sabido brillar en casi todos los géneros musicales y ha colocado en lo más alto el nombre de esta isla en disímiles escenarios mundiales.
Travestido con glamurosos vestidos que usó la propia artista y un provocador maquillaje, el actor hace un despliegue de habilidades: canta, baila, ríe y dialoga consigo mismo, al tiempo que cuenta aspectos poco conocidos de la vedette, tanto artísticos como personales. En ese sentido, Jean Marc Rodríguez expresó que estar en la piel de Rosa no solo deviene en un gran reto, sino en una forma inmensa de profesarle respeto.
La diva, de padres españoles y norteamericana de nacimiento, pero cubana de siempre, agradeció el cariño que en cada actuación le profesa el pueblo, porque ese es su mayor lauro, a pesar de ostentar los premios nacionales de Teatro, Música y Televisión, Honor al Mérito, entregado en México; la Distinción por la Cultura Nacional, diploma de artista emérita de la UNEAC, entre otros tantos.
A pesar de vivir intensamente por y para el arte y actuar al lado de figuras mundiales como el actor Miguel Moreno (Cantinflas), Jorge Negrete, Pedro Infante, Libertad Lamarque, Benny Moré o Ernesto Lecuona, no vaciló en afirmar que uno de los momentos más importantes de su vida fue cuando dio a luz a su única hija, Rosa María, y a partir de la cual ha conformado una bella familia, sustento fundamental en su carrera.
Rosalía Palet Bonavia, como realmente se nombra, acaba de grabar un disco de duetos con 12 boleros titulado Rosita Fornés con vivencias, acompañada de relevantes cantantes cubanos como Lourdes Torres, Farah María, Leo Montesinos, Coco Freeman y otros. Y para que no quedaran dudas de sus plenas capacidades vocales, cantó a capella un fragmento del tema Qué te pedí.
Este espectáculo, que se sumó a los festejos por los 127 años del teatro La Caridad, se ha presentado con anterioridad en La Habana y Matanzas, a lo que ahora se adicionan las dos noches en esta urbe, sin dudas, una oportunidad única para apreciar de cerca la versatilidad de esta mujer de exuberante elegancia, carisma, belleza natural y amabilidad sin límites.
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