El actor y realizador estadounidense Clint Eastwood, en promoción de su última película en Beverly Hills (California, oeste de EE.UU.), ironizó el viernes sobre su actuación en la Convención Republicana y reconoció que su cabeza estaba «vacía» durante su extraño discurso.

Llegado para presentar su último filme, Trouble with the Curve, que se estrena el 21 de septiembre en Norteamérica, el actor de 82 años bromeó sobre las reacciones suscitadas tras su discurso.

«No obtuve la respuesta que quería porque yo esperaba que me dieran la investidura» para la carrera hacia la Casa Blanca, afirmó sonriendo. «Esa era mi ambición».

El discurso del cineasta, que tuvo lugar la última noche de la gran reunión republicana poco antes de que interviniera Mitt Romney, el candidato del Partido Republicano a las presidenciales del 6 de noviembre, suscitó todo tipo de bromas y comentarios circunspectos, especialmente por su diálogo con una silla vacía que simbolizaba al presidente de Estados Unidos y candidato demócrata, Barack Obama.

Si lo tuviera que repetir, «no sé si lo haría de la misma manera. Tengo dudas, ya que pensé (lo que iba a decir) cinco segundos antes de estar en el escenario», añadió con flema el cineasta.

«Cuando subes al escenario, te encuentras ante 10 000 personas extremadamente entusiastas y tu mente se vacía pase lo que pase», confesó.

«Aunque hubiera intentado lanzar el mismo mensaje, es decir, que la gente no tiene por qué adular a los políticos, independientemente de cuál sea el partido, debería evaluarse únicamente el trabajo (del candidato) y juzgar en función», afirmó Eastwood.

«Es así como lo hacemos en la vida, en todos los demás campos, pero a veces en Estados Unidos nos volvemos locos y no nos interesamos realmente por los valores verdaderos», continuó.