Preolímpico de Arizona: Cuba y la difusa posibilidad de clasificar

Preolímpico de Arizona: Cuba y la difusa posibilidad de clasificar
Fecha de publicación: 
29 Enero 2020
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Dos meses faltan para que se dé la voz de play ball en Arizona, sede del Preolímpico de béisbol que entre el 22 y el 26 de marzo concederá en Estados Unidos otro agraciado para los Juegos Olimpicos de Tokio, lid a la que concurrirán seis novenas en lugar de ocho, como había sido tradición hasta Beijing 2008. 

Aún imbuidos en la “marea roja” desatada por el triunfo de Matanzas en la recién culminada 59 Serie Nacional, toca volvar la mirada al clasificatorio continental, para el cual Cuba convocó a una preselección de 38 peloteros, luego de la adición del antesalista Yordanis Alarcón y el outfielder Yosvani Peñalver, de la cual 24 harán el grado en definitiva.

Pugnaremos en Arizona en una llave integrada por Canadá, Colombia y Venezuela, en tanto en la otra medirán fuerzas Estados Unidos, República Dominicana, Puerto Rico y Nicaragua, con los dos primeros signando su avance a las semifinales, y solo el campeón ganando su visado.

Eso sí, revertirá vital importancia anclar en la segunda o tercera plaza en caso de que no puedan alzarse con el cetro y el boleto, posibilidad que siendo bien objetivos, veo bastante remota para nuestra armada, pues los que culminen en esas posiciones tendrán derecho a jugarse el todo por el todo en el Torneo Intercontinental de Taichung (1ro al 5 de abril), el cual concederá el sexto y último pasaporte.

A propósito, hasta este minuto se encuentran asegurados Japón, Israel, Sudcorea y México.

Entrando en calor, los preseleccionados iniciarán su preparación en el Latino a partir del 3 de febrero e integran la nómina cinco receptores, 12 jugadores de cuadro, seis jardineros y 15 lanzadores.

“Es un grupo que irá con la misma mentalidad que fuimos al Premier, luchar por ese cupo olímpico que tanto anhela el pueblo cubano. Será de nuevo difícil, pero no imposible”, afirmó el mentor Borroto minutos después que la prensa conociera la nómina de la preselección.

Receptores: Ariel Martínez, Yunior Ibarra, Frank Camilo Morejón, Yosvany Alarcón, Yendry Téllez.

Jugadores de cuadro: Yordanis Samón, Bárbaro Erisbel Arruebarruena, Raúl González, César Prieto, Yurisbel Gracial, Dayán García, Edilse Silva La O, Pavel Quesada, Jeferson Delgado, Alexander Ayala, Leslie Anderson, Yordanis Alarcón.

Jardineros: Yoelkis Guibert, Roel Santos, Alberto Calderón, Frederich Cepeda Cruz, Alfredo Despaigne Rodríguez, y Yosvany Peñalver.

Lanzadores: Carlos Juan Viera, Yosimar Cousin, Yariel Rodríguez, Frank Luis Medina, Yoennis Yera, Lázaro Blanco, Freddy Asiel Álvarez, Yudiel Rodríguez, Liván Moinelo, Raidel Martínez, Ángel Sánchez, Andy Rodríguez, Yamichel Pérez, Brian Chi Montoya, y Miguel Lahera.

Colectivo técnico: Miguel Borroto, José Eumelio Hernández, Pedro Luis Lazo Iglesias, Raciel Sánchez, Alexander Ramos.

El análisis:

Hay una realidad ineludible: nuestra pelota no se parece ni por asomo a la de hace poco más de una década. Al bajón lógico en el ranking mundial de la WBSC, descendimos del quinto al octavo escaño (2 641ptos), le adicionamos una serie de derrotas sucesivas que elevan el dolor, y parapetan la incertidumbre y el desaliento a la hora de predecir posibles ubicaciones en certámenes futuros, o siendo en extremo atrevidos, presagiar un milagro gratificante.

Al revés de Lima con cierre para el olvido 9-10 ante República Dominicana discutiendo el nada decoroso quinto puesto, debemos adicionarle el no pasar de la primera ronda en el Premier 12, lo que en definitiva nos dejó en el escaño diez, con una única victoria in extremis sobre Australia y par de reveses.

Con semejantes cartas credenciales en las dos lides fundamentales de 2019, independientemente de haber reunido a lo mejor de lo que se dispone en la actualidad para encarar el reto de Arizona, resulta harto difícil vestir la franela del optimismo.

A propósito, una mirada estadística al renglón ofensivo antillano en el Premier arroja que nuestros bates estuvieron cubiertos por una densa capa de escarcha, pues en 98 turnos al bate apenas se anotaron tres carreras, con 16 indiscutibles, vacío el casillero de los extrabases, famélicos .163 de average y slugging…

Números que se completaron con OBP de 202, OPS de 365, y una relación ponches-bases por bolas de 28-4.

¿Problemas?

Los que se han sedimentado desde hace tiempo en casi la totalidad de nuestros line-up en eventos internacionales: presión y ansiedad por arrobas, discriminación casi nula de lanzamientos, y derivado de esto conexiones inofensivas y rentabilidad endeble con corredores en circulación. Poco nivel de especialización y efectividad en el cumplimiento de sus roles, a tono con el turno que ocupan en la tanda…

Y créanme que no se trata de esgrimir un rosario de falencias, sino de alertar para que en poco más de un mes se puedan al menos atenuar, partiendo de la idea de que le pitcheo que regularmente constituye el termómetro en nuestras Series Nacionales, salvo uno o dos serpentineros en contados casos de una rotación, como los poseen las novenas de Camagüey, Las Tunas, Villa Clara, Pinar del Río e Industriales, está bien por debajo del listón que colocan los staff concurrentes a eventos internacionales.

De ahí que se nos ha hecho bien difícil doblegar a Canadá, nuestra bestia negra desde los Juegos Panamericanos de Toronto 2015; Venezuela plantel al que tampoco exhibimos un saldo favorable en los últimos enfrentamientos particulares; o Colombia conjunto que nos arañó la pintura en par de oportunidades como parte de los choques preparatorios desarrollados en 2019 antes de Lima.

Desde la lomita, si bien es cierto que los performances han sido menos cuestionables, tampoco es que se hayan comportado de manera hermética o intratable:

En el Premier, donde laboraron para 4.00 limpias por cada nueve episodios tras 27 entradas de actuación, lo más alarmante fue el control de los pitchers: 17 transferencias contra 29 ponches, a las que debemos adicionarle cuatro pelotazos y tres wild pitch, sintomáticos a la hora de medir la inefectiva distribución de los comandos, entiéndase control y dominio sobre los lanzamientos.

Hemos intentado esclarecer el escabroso panorama que encararán los nuestros en Arizona. Una vez más me atreveré, como millones de cubanos, a conferirles el beneficio de la duda. Me gustaría verlos pugnar con prestancia, aunque no ganen… Verlos pasar la fase de grupos y, al menos, ganarse el derecho a pujar por ese último cupo en Taichung.

No soy oráculo ni me gusta adelantarme a los acontecimientos. El terreno dirá, como siempre la última palabra. Solo que los 24 que en definitiva conformen el elenco, irán de inicio con un San Benito de presión y palmarés desfavorable bien pesado.

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