Bobby Carcassés y el Jazz Plaza, contra viento y marea para defender nuestro jazz
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Y es que el jazz es él y viceversa, eso de terminar una conferencia de prensa improvisando sus cantos para sazonar el ambiente, la libertad con que sigue siendo un showman después de más de 60 años de vida artística y esta capacidad que te explica en letra de molde, para que quede claro y tan cubano como él mismo:
«Cuando uno se entrega de verdad a improvisar, cierra los ojos y se conecta con el espacio, salen las maravillas de la improvisación creativa, inmediata, igual que los repentistas, que te hacen una décima en el momento».
El Jazz Plaza es un poco su hijo, él lo soñó desde aquellos años en que el género no movilizaba en Cuba de la forma en que hoy lo hace, y en cumpleaños terminado en cinco, de esos que celebramos con bombos y platillos, afirma:
«Esto no es nada más que la suma de tantos años que llevamos luchando contra viento y marea para defender nuestro jazz, que es nada más y nada menos que el mismo de Estados Unidos, con la diferencia de que nosotros lo fusionamos con lo español y todo lo africano: la rumba, los orishas, el lenguaje, y el jazz nuestro es el resultado de eso. Por eso mi grupo se llama Afrojazz».
Una vez más, Bobby abre las puertas de una de las citas jazzísticas más reconocidas del mundo y, a quienes saben de su versatilidad, no les sorprenderá que le saque música también al pincel:
«El 14 tengo la inauguración de una exposición de pintura y dibujo que se llama Jazz Plaza 35, dibujos y pinturas de jazz. Ese mismo día, en la noche, estaré en la inauguración oficial del Festival con mi grupo. Se presentarán, además, dos grupos de New Orleans, The Soul Rebels, Big Chief Monk Voudreaux, Tank and the Bangas, y también Cimafunk».
Sobre lo que nos espera en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba durante la gala inaugural de Jazz Plaza, adelantó:
«Ahí vamos a hacer cosas maravillosas. Empiezo dedicando mi primer tema a los 60 años de la amistad cubano india, una raga hindú fusionada con los ritmos afrocubanos. Después voy a hacer varios homenajes dedicados a Cuba y África, y termino ya por todo lo alto con un homenaje a la Ópera de los tres centavos, en una versión que se llama Macario el iyawo, ya se pueden imaginar. Tengo dos bailarines: una mujer, que va a actuar conmigo, y un hombre al que le dicen el Michael Jackson de la rumba, para acabar por todo lo alto, así que no se lo pierdan. Luego nos volvemos a presentar el 16 en la Casa de la Cultura».
El jazz y la música cubana se entienden, eso está demostrado; dialogan en total armonía y se aprovechan entre sí, pero ¿qué tienen en común?
«Alejo Carpentier, ese gran intelectual, decía que el jazz y la música cubana tenían en común que eran dinámicos, que evolucionaban de una forma dinámica por el hecho de que se alimentan constantemente de todo lo que hay a su alrededor, de lo bueno, claro, nada más que de lo bueno. La evolución del jazz, se puede decir que, alimentándose de la música sinfónica, de todas las cosas positivas que hay alrededor, se mantiene siempre vigente. Es por eso que la tecnología y todo lo que sucede, aporta».
Y es por eso que el jazz crece en Cuba como las palmas. Por eso y porque está bien alimentado: tiene agua, sol… y escuelas de arte:
«Las escuelas de arte son uno de los grandes logros de la Revolución cubana, y los muchachos que egresan de ellas son genios, ¿y qué pasa?, que nos abren muchas posibilidades, nos traen la juventud, la frescura, y nos mantienen siempre al tanto de lo nuevo; o sea, que dentro de diez años, nosotros estaremos mucho mejor, el jazz estará mucho mejor».
«A mi pueblo, todo el amor del mundo», fue la última frase en la conversación con Bobby Carcassés, y digo yo: Maestro, todo el amor, más música y mucho ashé.
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Miguel Jesu's Ojeda Vila.
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