El triple monarca del orbe Lázaro Álvarez se propuso despedir el 2019 con su quinta faja en torneos nacionales de boxeo, pero una lastimadura le deshizo los sueños y ahora trabaja duro para brillar en la temporada venidera.

«Sufrió una contusión severa en el muslo derecho que provocó ruptura de fibras musculares del recto anterior», explicó a JIT el Dr. Rafael Lerena, jefe médico de la armada cubana, mayoritariamente inmersa en el clásico Playa Girón acogido por la camagüeyana sala Rafael Fortún.

El galeno añadió que el astro pinañero respondió favorablemente al tratamiento con células madres y ozono, y completa ahora la rehabilitación al tiempo que sigue el acontecer de un certamen que este lunes completará su cuadro de medallistas.

«La evolución ha sido muy positiva y la recuperación del músculo está lograda en más de un 75 por ciento, lo que permite afirmar que en enero estará en condiciones óptimas», precisó el especialista en torno al también doble bronceado bajo los cinco aros.

Aseveró que el actual régimen del astro incluye fisioterapia, recuperación en la piscina, estiramientos y algunos movimientos en posición estática, ajenos a giros u otros movimientos bruscos, a fin de complementar la puesta en forma.

Lázaro alzó su primer cetro de la Isla en el 2013 y lo reeditó en 2014, 2015, 2017 y 2018, siempre en los 60 kilos, pero esa categoría no estará en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y ello condicionó su descenso a la de 57, que este año le dejó plata del orbe.

Antes fue líder a ese nivel en 56 (Bakú 2011) y 60 (Almaty 2013 y Doha 2015), peso en que también muestra un subtítulo (Hamburgo 2017).

Osvel Caballero, líder en los Juegos Panamericanos, es el otro pilar de los 57 en el concentrado élite cubano, pero el palmarés de Lázaro parece demasiado para desplazarle, aunque los técnicos insisten en que aún no hay decisiones hacia el preolímpico de marzo en Buenos Aires.