Los afroestadounidenses temen que persista el racismo si Obama no es reelegido
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Liz Wills, una afroestadounidense de 73 años, recuerda la increíble sensación que sintió cuando Barack Obama llegó a la Casa Blanca en 2009, pero ahora ve con temor la posibilidad de su derrota a manos del rival republicano, a quien percibe como parte de la derecha racista.
"Soy lo suficientemente vieja como para haber visto los carteles de negro y blanco en las puertas de los baños y escuelas segregadas; no podías viajar en la parte delantera de los ómnibus o del tren. Yo pasé por todo aquello" dice a la AFP Wills, quien viajó de Durham a Charlotte, en Carolina del Norte (sureste), donde los demócratas se reúnen a partir de este martes para nominar formalmente a Obama para la reelección en noviembre.
"Se supone que ahora no hay segregación, pero se le parece mucho. El racismo está vivo y se extiende", considera.
Wills se vio embargada por la emoción cuando una nación que lucha por convertir los beneficios arduamente logrados en la era de los derechos civiles en cambios económicos reales para los afroestadounidenses pobres eligieron a su primer presidente negro. "No hay palabras que puedan describir verdaderamente ese sentiminento. Fue realmente muy emocionante. No pensé que alguna vez pudiera ver ese día" relata a la AFP.
Su tono cambia marcadamente cuando es consultada acerca del proyecto del rival republicano, Mitt Romney, quien desea reemplazar a Obama tras su primer mandato, lo que, según ella, sería parecido a una revancha racista.
"Yo estaría deprimida si Mitt Romney fuera elegido. Tengo que ser honesta con usted, estaría deprimida", expresa Wills: "debemos ser sinceros, habría mucho racismo". "La mayoría de la gente sabe que Obama ha hecho un buen trabajo, o al menos ha intentado hacer un buen trabajo, y una cantidad de cosas que él ha querido para toda la gente no pudo ser lograda porque los republicanos estaban decididos a sacarlo de la presidencia".
Detrás de Wills, el centro Harvey B. Gantt para las Artes y la Cultura Africano Estadounidense reseña hitos de la lucha por los derechos civiles que hicieron posible la elección de Obama.
La ciudad natal de Wills, Durham, un nudo ferroviario para el traslado de esclavos en el siglo XIX, fue escenario de manifestaciones y campañas del reverendo Martin Luther King Jr en los años sesenta. Hoy está en proceso de transformarse en parte de una zona en auge denominada Research Triangle Park, que es sede de más de 170 compañías.
Su prima Dorothea Jones, de 69 años, reconoce esos avances, pero considera que las personas de diversos orígenes étnicos son todavía discriminadas.
Ella recuerda con horror un incidente racista ocurrido durante la Convención Nacional Republicana la semana pasada en Tampa, Florida (sureste), una situación que la campaña de Romney condenó fuertemente y desea hacer olvidar rápidamente. Dos asistentes en la sala del centro de convenciones, que luego fueron expulsadas, lanzaron cacahuetes a una cámara de la cadena televisiva CNN y dijeron que "así es como alimentamos a los animales".
"Debes mirar a todos los que alrededor de esas dos personas permitieron que un hecho como esos sucediera", dice Jones, quien nació en Carolina del Norte pero es ahora una delegada demócrata de Massachusetts (noreste). "Hubo un grupo grande de personas que se mantuvo en silencio, incitándolos. De esa forma es como el racismo florece", agrega.
Los negros y los hispanos de Estados Unidos son mucho más pobres en promedio que los asiáticos y los blancos. En 2010, un 27,4% de los negros y un 26,6% de hispanos eran pobres, comparados con el 9,9% de los blancos no latinos y el 12,1% de los asiáticos.
David Goldfield, profesor de Historia en la Universidad de Carolina del Norte y autor de varios libros de política y raza, dijo que hubiera sido imposible para un hombre negro competir por la presidencia hace 30 o 40 años, ni hablar de ser elegido.
La campaña de 2008 de Obama resultó un éxito motivando al electorado negro que generalmente no vota, pero no está claro si se podrá esperar la misma afluencia de votantes en esta ocasión. Y mientras 2008 fue indudablemente histórico, la elección de 2012 puede albergar incluso mayor significado.
"Elegir a un hombre negro como presidente de Estados Unidos es realmente un hecho difícil de superar en términos históricos", dice Goldfield. "Pero pienso que esta elección es más importante en el sentido de que el Partido Republicano realmente ha sido capturado por el ala derecha", agregó.
"Yo creo que a los votantes se les presentará una elección crucial en noviembre. Este será un país muy diferente si los republicanos ganan. El Partido Republicano de George W. Bush no es el Partido Republicano de hoy", comenta el historiador.
Si Romney es elegido, habrá serias consecuencias para la esfera judicial, advirtió Goldfield, convencido de que el candidato representa a un partido que suscita serios temores por sus credenciales conservadoras.
"Una de las mejores maneras de probar su buena fé como conservador es nominar jueces federales realmente conservadores, no sólo en el Tribunal Supremo, sino también en el nivel de los tribunales federales de distrito", aseguró.
La blancura de la audiencia que presenció la designación de Romney como candidato republicano en la convención de Tampa la semana pasada era asombrosa, mientras los datos de las encuestadoras muestran que entre un 90% y un 100% de los negros prefieren a Obama sobre su rival.
Los sondeos muestran que a nivel nacional los votantes de ambos candidatos van codo con codo, a nueve semanas de las elecciones presidenciales.
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