Arrestan a un imán que acusó a una niña paquistaní de blasfemia

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Arrestan a un imán que acusó a una niña paquistaní de blasfemia
Fecha de publicación: 
2 Septiembre 2012
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Las autoridades paquistaníes han detenido a un clérigo musulmán sospechoso de haber falseado las pruebas que llevaron a la detención de una niña cristiana bajo la controvertida ley antiblasfemia del país, dijo el domingo un responsable de la policía. En la imagen de archivo, miembros de los medios de comunicación y vecinos reunidos ante una mezquita cercana a la casa familial de Rimsha Masih, la niña paquistaní acusada de blasfemia, en las afueras de Islamabad, el 23 de agosto de 2012. 

 

La niña cristiana que fue arrestada en virtud de la polémica ley paquistaní antiblasfemia podría estar un paso más cerca de su liberación después de que la policía detuviese el domingo a un clérigo musulmán bajo la sospecha de que falseó pruebas para condenarla.

 

Aún así, Rimsha Masih, cuyo arresto el mes pasado enfadó a grupos religiosos y laicos en todo el mundo, podría estar en peligro si al salir de la cárcel vuelve a su pueblo.

 

Algunos de sus vecinos musulmanes insisten en que todavía debe ser castigada y que el imán detenido es una víctima.

 

Bajo la ley paquistaní antiblasfemia, la mera acusación de haber ofendido al Islam puede significar la muerte. A veces, los acusados son asesinados por sus conciudadanos incluso aunque un tribunal los declare inocentes.

 

"Que llueva gasolina y queme a estos cristianos", dijo Iqbal Bibi, de 74 años, defendiendo al imán desde las escaleras de la mezquita en la que predica, en el empobrecido pueblo de Masih, Mehr Jaffer.

 

"El clérigo de la mezquita ha sido oprimido. No tiene la culpa. Es inocente".

 

Masih fue acusada por sus vecinos musulmanes de quemar textos religiosos islámicos y fue arrestada, pero el responsable policial Munir Hussain Jafri dijo el domingo que el imán había sido detenido después de que testigos denunciasen que él había roto las páginas del Corán y las había puesto en la mochila de Masih, junto a papeles quemados.

 

El clérigo, Jalid Jadoon, apareció brevemente ante el tribunal el domingo antes de ser enviado a la cárcel de forma preventiva durante 14 días.

 

La audiencia para la libertad bajo fianza se celebrará el lunes, en un caso que ha vuelto a centrar la atención en la ley antiblasfemia paquistaní.

Según la ley, cualquiera que hable mal del Islam o del profeta Mahoma comete un delito y se enfrenta a la pena de muerte.

 

Activistas y grupos de derechos humanos dice que la vaga terminología ha provocado su mala aplicación, y que la ley discrimina peligrosamente a las diminutas minorías en un país musulmán.

 

Críticos de los dirigentes del país dicen que están demasiado preocupados por una protesta extremista para pronunciarse contra la ley, en una nación donde el conservadurismo religioso es cada vez más habitual.

 

En enero de 2011, el gobernador de la provincia de Punjab, Salman Taseer, fue asesinado por su propio guardaespaldas después de haber hecho un llamamiento para reformar la norma.

 

Dos meses después del suceso, el ministro de Minorías, Shahbaz Bhatti, cristiano, fue asesinado por un talibán por pedir cambios en la ley.

 

MASAS ENFURECIDAS

 

Las condenas son frecuentes aunque la pena de muerte nunca se ha aplicado. La mayoría de los castigos se retiran tras una apelación, pero las multitudes han matado a mucha gente acusada de blasfemia.

 

Ha habido informes contradictorios sobre la edad de Masih y su estado mental. Algunos medios han dicho que tiene 11 años y que padece Síndrome de Down. Un hospital dijo en un informe que tenía unos cuatro años, pero las capacidades mentales de alguien menor, y que no tenía educación.

 

El arresto de Masih desencadenó el éxodo de varios cientos de cristianos de la pobre localidad, después de que las mezquitas dijesen por sus altavoces de qué había sido acusada la niña.

 

Los cristianos, que representan el cuatro por ciento de los 180 millones de habitantes de Pakistán, han estado especialmente preocupados por la ley de blasfemia, diciendo que no les ofrece ninguna protección.

 

Las condenas se basan en el testimonio de testigos y a menudo están relacionadas con venganzas, lamentan.

 

En 2009, 40 casas y una iglesia fueron incendiadas por una turba de 1.000 musulmanes en la localidad de Gojra, en la provincia de Punjab. Al menos siete cristianos fallecieron quemados. Los ataques fueron provocados por noticias sobre la profanación del Corán.

 

Dos hermanos cristianos acusados de escribir una carta blasfema contra el profeta Mahoma fueron tiroteados fuera del tribunal en la ciudad de Faisalabad, al este del país, en julio de 2010.

 

La detención de Masih desencadenó un éxodo de varios cientos de cristianos de su pueblo después de que los altavoces de la mezquita informasen de que la chica había cometido el delito.

 

En la localidad, muchas casas de cristianos - estructuras de cemento en callejones atestados y polvorientos - siguen cerradas con candados.

Pocos cristianos han vuelto pero son reacios a comentar el caso de Masih, diciendo que eso correspondía a los tribunales.

 

"Somos gente pobre. ¿Qué podemos hacer?", dijo uno, Mahmood Masih, añadiendo que no tenía miedo de sus vecinos musulmanes.

 

Los musulmanes de la localidad, donde los perros sarnosos rebuscan entre montones de basura al lado de cabras mientras un vendedor de helados pedaleaba en su bicicleta, fueron mucho más habladores.

 

"Si el clérigo resulta imputado en este caso, todos lo respaldaremos. Habrá descontento", advirtió Tasleem Maqbool, una mujer con un velo negro que dijo que su hija había visto a Masih tirando basura, entre la que había material religioso quemado.

 

Los clérigos de pueblo tienen más poder sobre los paquistaníes que las autoridades gubernamentales. Guían las oraciones y dan consejos sobre muchos aspectos de sus vidas.

 

"El clérigo debería ser liberado", dijo Noman, un niño de 12 años vestido con camiseta y pantalones cortos mientras hombres con barba se reunían en la mezquita de la localidad, con niños descalzos jugando cerca.

 

"Ella (Masih) debería ser castigada".

 

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