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Hechos como este es una felonía al sistema educacional cubano y a nuestra Revolución que todavía hoy día existan personas con pensamientos y acciones tan vil, debe ser condenado porque este hecho nos ofende a todos y creo que la familia también debe de velar por esto, exigiendo una buena clase al profesor, visitando la escuela,chequeando las tareas de su hijo o hija, pue sabemos que no todos los educadores obtaron por esta profesión por amor , sin interés alguno y ese amor a la profesión no puede empañarse por un grupo de tartufos que habitan hoy en nuestra Cuba.
11 Junio 2014, 8:38 pm
Daniel Martínez Baló