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Ya es una constante que las noticias sobre contactos entre funcionarios de los gobiernos de Cuba y Estados Unidos se mantengan en estricto secreto hasta que los de allá, los de la “yuma”, dueños y señores de la información a su manera, como en este caso el mismísimo Departamento de Estado, informa. <br />No es algo de lo que no nos hayamos dado cuenta los cubanos despiertos de que nuestra prensa (no censurada vamos a decir, pero sí atada de pies y manos, vendada, amordazada y con tapones en los oídos) ni se enteraba de lo que se estaba cocinando, nos mantuviera en la ignorancia, pero después del Congreso de Periodistas, que debe haber costado al país un ojo de la cara y la mitad y pico del otro, en el que se habían puesto todas las esperanzas de que cambiaría la forma de hacer periodismo en nuestra Cuba, donde hubo tanto blablá, y las veces que nuestro Presidente se ha referido al tema, tal parece que sigue en las mismas. <br />¿Será por la costumbre o porque hay un muy poderoso “espíritu burlón” desde las sombras que no nos quiere dejar saber lo que sucede alrededor, y que el “enemigo”, tan jodón, nos lo revela?<br />¿Se necesitará ya de otro Congreso de los Periodistas cubanos?