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Sí, yo sé cómo se sienten. Esa falsa felicidad momentánea de ver a su equipo ganar se traduce posteriormente en un vacío cada vez más irreparable de no hacer nada por ellos mismos, por la sociedad en la que viven, por su vecino…Nos han querido adoctrinar para que seamos fieles sirvientes, esclavos. Pero no creas que ellos son más inteligentes! Solamente son ambiciosos, egoístas pero al mismo tiempo ignorantes, tanto o casi más que las masas a las que ellos creen estar por encima. Sencillamente pienso y digo que esta fórmula no favorece a nadie, en cambio cada vez hay más infelicidad. Incluso en aquellos que se envuelven y empapelan por fuera para aparentar lo que no son. A mí no me engañan. Sus caras avinagradas los delatan. Muchos no tienen ni siquiera tiempo para satisfacer a sus mujeres, y el que lo tiene ni siquiera saber cómo hacerlo. ¿Victimas? Sí, todos! Y a su vez la mayoría de unos pocos. Y al final para qué? ¿Alguien se siente beneficiado? Económicamente tal vez, una minoría. La mayoría por su puesto que no. Pero, y espiritualmente? Casi ninguno, y el que es fuerte y capaz de permanecer al margen de este ambicioso proyecto, sólo con plena consciencia es capaz de alcanzar momentos de libertad auténticos, no aquella libertad ficticia del hincha futbolero del que hablábamos anteriormente.<br />Sin embargo, no puedo dejar de mencionar que todo este adoctrinamiento al que estamos sometidos por los medios, politicuchos y otros esbirros finalmente se convierte en matería de discordia entre los mismos iguales. Por ejemplo, entre el pueblo mismo, quieren darnos a creer esa mierda de ética que ni ellos mismos creen y que sólo sirve para atemorizar y llenar de miedos y perjuicios a las personas. El mero hecho de hacernos creer que aquellos que se revelan y usan la violencia como miedo para expresarse en manifestaciones inicialmente convocadas con intenciones pacíficas y puramente bién intencionadas(como la del 15M) actúan de mala fé y son sólo una minoría terrorista que sólo pretende aguar la fiesta a los demás…Y la peor parte es que el resto del pueblo que clama por sus derechos y que presta sus espaldas a la fuerza pública para ser maltratados por la autoridad en estas manifestaciones inútiles, también termina recriminando a ese pequeño sector llamado terrorista y que quizá su única consciencia es la de saber bién que ningún movimiento revolucionario llega a buen puerto por el camino de la paz.<br />No hay solidaridad sin cultura, no puede haber convivencia pacífica y justicia sin educación. Y sin embargo, entro en esos colegios del infierno y me remontan al pasado, cuando sufría en mí mismo el verme envuelto en un círculo de falsedad, competición y envidia, y todo ello con una carencia tremenda de lo que significa el compañerismo y el auténtico aprendizaje de valores realmente éticos, servibles para después poder ir construyendo un camino hacia la libertad. Veo a esos educadores y veo almas perdidas en confusión que eligieron esa profesión por ser precisamente víctimas de un sistema en el que tienes que elegir el ser alguien con una carrera importante pero no por una vocación, y eso salta a la vista! Pero y al fin y al cabo, no es lógico pensar que esto es una estrategia del diablo para crear una sociedad cada vez más dormida? Quieren hacernos creer que van a cambiar el mundo para mejor y sin embargo no empiezan construyendo los cimientos. ¿A quién beneficia esto? Es posible que sus hijos e incluso sus nietos puedan salvarse (económicamente) con la renta de estos “dioses” que creen gobernar el mundo , pero y después? Son tan malvados y sumamente egoístas que no alcanzan a ver el daño que están haciendo al mundo, el que van a hacer. Si es cierto que nosotros tuvimos una infancia en la éramos a ratos traviesos, también lo es el hecho de que con nuestros mayores teníamos un respeto que era inconcebible resquebrajar. Y sin embargo, ves hoy dia a un niño de 6 años al que tratas de educar, de dar valores y cuando lo llevas al cole y lo traes después vienen alocados, medio psicóticos e imposibles de controlar. Me imagino cada aula como un cocktail de veneno en el que el noventa y alto por ciento de los pobres e inocentes niños aporta el suyo para entre todos ellos terminar de contagiarse. Ellos son tan inocentes, pero desgraciadamente absorben todo lo que ven en sus respectivos hogares, y no hay que ser un intelectual como para reconocer que el español medio de hoy día no tiene nada que ver con lo que fueron nuestros padres, que aunque éstos no fueran perfectos pero habían bajado un escalón menos que nosotros hacia el infierno.<br />No, no vais a cambiar nada. Ni en 4 años ni en 8 ni en 12. Este país seguirá a peor, que no es decir lo mismo, mientras no eduquemos a nuestros hijos primero en casa y después en el colegio. Y esto es como pedirle peras a un olmo que desde su depresión y frustración no es capaz de aceptar lo que es y quiere dar lo que no puede. Sé porque lo he visto y lo sigo viendo que aquellos que quereis aparentar ser felices desde vuestro trono no teneis el más mínimo interés en cambiar nada porque estáis ciegos por esa ambición que os devora. También sé que mientras los niños crezcan teniendo por ídolos a esos héroes de la pelota no tendrán tiempo para pensar en la trastada tan grande que mientras tanto los gobernantes, banqueros y políticos y religiosos están haciendo en sus vidas. A veces creo comprender cómo ese CR9 del que todos sabéis que hablo es el ídolo de una gran mayoría que crecerá con su mismo egoísmo, arrogancia y frustración.<br />Todas aquellas épocas de decadencia del ser humano tuvieron más tarde un amanecer, un renacimiento. Ahora, en nuestra nueva época, lamentablemente no creo que sin violencia pueda originarse. ¿Al fin y al cabo no es suficientemente violento yá la actuación de los dirigentes y gobernantes, su actitud? Encima nos quieren enseñar lo que es la violencia a través de 4 desgraciados (que tienen el suficiente valor de revelarse) y hacernos de ver lo mala que es , cuando en cambio ellos la amoldan a sus anchas y la usan cada día contra nosotros y todo por miedo. Sí, porque tienen miedo de que si el pueblo coge consciencia de que la única manera de desbancar el sistema y destronarlos a ellos mismos es usando la fuerza, entonces todo se les puede ir de las manos de la noche a la mañana. Y perder esos palacios en los que moran, esos carros en los que montan, esas comidas que comen y esas fiestas a las que asisten mientras la mayoría cada vez más sufre el día a día.