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Había enviado un comentario antes, pero se extravió en el camino. El de ahora, son réplicas de comentarios más autorizados, pero que expresan mucho mejor lo que quise decir: En primer lugar, sobre la reacción sumamente tardía y escueta de nuestras instituciones: “Si el problema fuera la alharaca del enemigo, sus tergiversaciones y campañas, la solución sería fácil y ya la dio Humberto: desmentir públicamente. Pero ese no es el problema, el problema es el hecho en sí que motivó la noticia, reflejo de males incubados y de transformaciones sociales a la cara de todos”, dijo Estéves Rams Una experimentada psicóloga añade: “Creo que urge revisarnos, pero profundamente, remover las raíces de ésta historia hasta que podamos efectivamente actuar al respecto para que no se convierta en costumbre y luego en terror, si hay que buscar lugares, habilitar locales para que nuestros hijos que aún no alcanzan la mayoría de edad o están muy cercana a esta, pero estudian y no logran pagarse la entrada a los costosísimos bares capitalinos puedan divertirse sin quererse cortar la cabeza como animales habrá que hacerlo, pero YA” El cantautor Israel Rojas advirtió: “Lo que pasó en la Finca de los Monos es el avance. La película se estrenará este verano, o el próximo. Todas las condiciones están creadas para situaciones así en cualquier rincón de Cuba. La grave crisis económica. El descuido en la atención de los gustos y preferencias de los grupos etarios protagonistas de estos sucesos. Adolecentes sometidos a contenidos digitales sin contrapesos éticos ni estéticos y a los que más dinero se les ha invertido para posicionar ¿cultura? portadora de antivalores. Ni hablar de la crisis del sector educativo. Todo eso y más está ahí, cuál sol que no se puede tapar con un dedo” Claro está, coexisten otros problemas, que ya han provocado varios incidentes como este, y seguirán provocando: “Si esos eran los `artistas´-comento a propósito Abel Sosa- no podía ser diferente el público asistente: muchachos salidos de nuestros barrios sin referente cultural, con carencias formativas y educativas, muchos de hogares rotos y disfuncionales. No puede aspirarse a una vida social tranquila y sin sobresaltos si el producto que se promueve exalta y convoca a la violencia. Otro aspecto, es que cuando el fin es el lucro, recordar aquello del genial Quevedo `poderoso caballero es don dinero´, es decir cuando el fin y el propósito es ganar por encima de todo, todo puede ocurrir
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