Pretexto anticoreano del Imperio

Mientras el pueblo surcoreano castiga electoralmente a las actuales autoridades y manifiesta en encuestas su deseo de distender las relaciones con su par del Norte, el establishment estadounidense intensificó el poder armamentístico en el sur de la península de forma tal que ya los expertos consideran que Sudcorea posee el sexto ejército más potente del planeta.

Para ello el presidente estadounidense, Joe Biden, ha tenido que vencer reticencias de Japón, argumentando que es para “una buena causa” de interés común contra la República Popular Democrática de Corea y la República Popular China, al tiempo que revive su espíritu lobista para incrementar considerablemente las ganancias de la industria armamentística de Estados Unidos.

A una tecnología militar avanzada, Corea del Sur suma unas fuerzas armadas compuestas de 500 000 soldados altamente preparados. Desde los años 50, cuenta también con la ocupación militar del Ejército de Estados Unidos que mantiene siete bases y casi 30 000 efectivos desplegados en la península, además de guardar unas mil ojivas nucleares para una eventual agresión al Norte.

DISCORDIA

Pero a pesar de los esfuerzos de Biden y la enemistad común contra Beijing y Pyongyang, no todo marcha bien Y es que a pesar de que Japón fue el gran depredador de varios pueblos asiáticos durante la Segunda Guerra Mundial, entre ellos el coreano, el gobierno nipón ha insistido durante mucho tiempo en que, para que mejoraran los lazos bilaterales y se restableciera la confianza, Corea del Sur tendría que hacer concesiones y presentar una solución aceptable a la cuestión de la reparación de los trabajos forzados. 

El rápido avance diplomático no habría sido posible sin la voluntad de Yoon de pagar un precio político interno considerable. Según una encuesta, casi el 60% de los surcoreanos se oponen a la resolución propuesta, alegando su preocupación por las peticiones de contribuciones japonesas garantizadas y de una disculpa formal de Japón. 

A ello se suma que una gran parte de los coreanos desean un diálogo pacífico con el Norte de Corea, algo que fue roto por el actual régimen a pesar de los esfuerzos del anterior mandatario, cuyo partido acaba de ganar las elecciones legislativas.

Resulta revelador que los índices de aprobación de Yoon hayan caído del 36% al 30% en el último mes, siendo la "diplomacia" y las "relaciones con Japón" las principales razones de las respuestas negativas.

Los opositores de Yoon en el Partido Liberal Demócrata no han perdido tiempo en intentar explotar esta polarización y los agravios históricos del pueblo coreano con Japón para obtener beneficios políticos. Y los periódicos liberales y la sociedad coreana también comparten la opinión de que el planteamiento de Yoon supone una concesión unilateral coreana que la parte japonesa no ha agradecido. 

DESCONFIANZA

El discurso político japonés está impregnado de un profundo sentimiento de desconfianza hacia la política coreana. El presidente de Corea entre el 2017 y el 2022, Moon Jae-in, se retractó unilateralmente de un acuerdo entre su predecesora Park Geun-hye y el ex primer ministro de Japón Shinzo Abe, que pretendía resolver el problema de las "mujeres de solaz" de la época de la Segunda Guerra Mundial, relacionadas con la esclavitud sexual. 

Así, subrayamos, los partidos liberales de oposición surcoreanos lograron una cómoda victoria en las elecciones parlamentarias, un resultado que podría reducir la capacidad de maniobra del presidente Yoon Suk Yeol en los últimos tres años de su gobierno conservador.

Después de que se contabilizaran la mayoría de los votos, la principal fuerza de oposición, el Partido Democrático, y su partido satélite parecen haber ganado un total de 175 de los 300 escaños de la Asamblea Nacional. Se prevé que otro pequeño partido liberal se lleve 12 bancas bajo un sistema de representación proporcional.