Paraguay: Corruptela institucionalizada
especiales

El presidente Santiago Peña y el primer ministro Netanyahu (Foto: GPO)
Tras ser recibido en Tel Aviv por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el presidente de Paraguay, Santiago Peña, agradeció los honores de su anfitrión y destacó el traslado de la embajada de su país a Jerusalén, abandonando la falsa neutralidad que mantenía entre Israel y Palestina, a contracorriente del mundo.
En fin, fue festejado el mandatario del segundo país más corrupto de Suramérica por el premier de una nación que mantiene una agresión y una política genocida contra el pueblo palestino.
Peña ponderó a la principal punta de lanza que mantiene Estados Unidos en el Medio Oriente, llamó cobardes a los luchadores palestinos, calificó de absurdo que se calificara de criminal a Netanyahu y desconoció los miles de asesinatos en Gaza, sobre todo de niños y mujeres. “Paraguay ha sido uno de los primeros países del mundo en designar a Hezbolá y a Hamás como organizaciones terroristas”, sostuvo con orgullo ante los asesinos sionistas.
En otro momento de las mutuas alabanzas, el mandatario comparó a Paraguay con Israel y relacionó las muertes de la comunidad judía con la Guerra de la Triple Alianza, alegando que Brasil y Argentina quisieron exterminar al país. “Sabemos lo que es vivir en un barrio que quiere eliminarlos”, lanzó.
Netanyahu también emitió un discurso cargado de grandes halagos a Peña por su visita “en medio de la guerra existencial” de siete frentes, y dijo estar conmovido por posicionarse del “lado correcto de la historia”, ya que no es fácil, cuando otros prefieren dar la espalda o callar. “Pero tú, Santiago, como líder valiente, íntegro, decidido, proactivo, enérgico, elegiste no quedar al margen”, expresó.
PANORAMA SOMBRÍO
Paraguay es un ejemplo muy particular en el estudio de la corrupción, débilmente combatida e incapaz de desaparecer con regímenes que conservan o son herederos del autoritarismo del dictador Alfredo Stroessner, finalizado en 1989.
Los avances contra la corrupción han sido lentos, debido a que la inestabilidad política y el poder del sector empresarial impiden leyes e instituciones que tienen por objeto combatirla. Así, suena a burla cuando Peña expresó hace unos días a dubitativos inversionistas chilenos que “Paraguay es un oasis”.
Autoritarismo creciente y evidenciado por la Comisión de Derechos Humanos de Paraguay en un informe dado a conocer al regreso del corrupto mandatario de su genuflexo viaje a Israel, en el que señala el pisoteo de lo que llaman democracia por el gobernante Partido Colorado.
“La grave destitución de la senadora Kattya González, el cierre de los espacios de debate o participación de la sociedad civil en el análisis y construcción de políticas públicas, las sanciones de leyes de trascendental importancia para la República, sin posibilidades de debatir sobre los alcances o proponer mejoras en las mismas, y la búsqueda de restricción del derecho a la participación, asociación y libertad de expresión son solo algunas de las acciones regresivas que han sido impulsadas por el Estado paraguayo”, denuncia la Comisión.
Estas acciones del gobierno estuvieron acompañadas de campañas de comunicación basadas en mentiras y tergiversaciones, empedrando el camino para elaborar y aplicar la denominada popularmente Ley Garrote, que amenaza la libertad de expresión, asociación y participación por una élite gobernante vinculada al crimen organizado y la corrupción.
Añadir nuevo comentario