Hilarante Hillary Libia: once años de destrucción

Mientras Estados Unidos y sus sumisos aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte bombardeaban masivamente por mar y aire hace ahora once años a Libia, la entonces secretaria de Estado norteamericana, Hillary ClInton, festejaba ruidosamente el asesinato por mercenarios del líder Muammar el Gadafi, expresando, en ocasión de su reciente nombramiento, que había llegado, visto y vencido.

Otro líder antimperialista debía haber corrido la misma suerte, pero en Siria, Bashar al Assad, pero no lo pudo conseguir, gracias a la determinación del pueblo de la nación árabe y la ayuda solidaria de Rusia, solicitada por Damasco.

Un equipo de la cadena latinoamericana Telesur, presente en Trípoli, desmintió la información que recorrió las primeras páginas de los diarios y los anuncios de las más importantes cadenas de televisión del mundo sobre un ataque a la población civil, que dio justificación y legalidad a la invasión.

Poco después, el gobierno ruso también comprobó que en el espacio aéreo libio no hubo actividad militar contra la población civil. Sin embargo, era tarde, la invasión ya había sido consumada.

En cuanto a Libia, no han cesado totalmente los combates, esta vez por facciones rivales que responden a intereses mayormente occidentales que están detrás de sus riquezas, principalmente el petróleo, en tanto se asentaban dos gobiernos, uno admitido por Naciones Unidas en Trípoli, la capital, a instancias de Estados Unidos, y otro con sede en Bengazi.

Todo ello ha generado una lucha entre grupos rivales, que ocurren con mucha fuerza en estos momentos, rompiendo una frágil tregua, entre opositores y grupos leales al gobierno interino, sobretodo en Trípoli, donde se registran disparos y explosiones, y algunos barrios están envueltos en llamas.

Este enfrentamiento empezó cuando los combatientes que apoyan al nuevo primer ministro elegido por el Parlamento, Fathi Bashaga, comenzaron a avanzar hacia el centro de la capital para derrocar el gobierno interino dirigido por Abdul Hamid Dbeibah, que por su parte anunció una movilización general. Además, el presidente del Consejo Presidencial, Mohamed Menfi, interrumpió su visita oficial a Túnez y regresó a Trípoli.

¿PRINCIPAL CAUSA?

La invasión a Libia fue ejecutada justo después de la Cumbre de la Unión Africana, realizada el 31 de enero de 2011, donde fue aprobada la creación del Fondo Monetario Africano, proyecto auspiciado por Gadafi.

Algunos analistas señalan que el unificar a África con una moneda respaldada por el oro libio, fue lo que le costó la vida al líder libio. Era notable el liderazgo de Gadafi en el continente y conocidos sus planes de consolidarlo como un polo económico mundial.

Es importante recordar esto, así como que además de la propuesta de la moneda respaldada por el oro libio, la cumbre África y pueblos de Suramérica (ASA), que se realizó en dos oportunidades, la primera de ellas en Venezuela, establecía la posibilidad de un contacto directo entre África y Suramérica, donde se reunió con el anfitrión del evento, Hugo Chávez.

Además, desde el 11 de septiembre de 1969, la revolución libia siguió una línea antimperialista y anticolonialista que tenía como fin la construcción de un Mar Mediterráneo revolucionario y de paz, de una nación árabe unida, antisionista y antimperialista, y un continente africano unido, además de también haber ayudado a las fuerzas revolucionarias de América Latina. Por eso, su estrecha amistad con el comandante Chávez tampoco fue del gusto de los imperialistas asesinos.

Ahora, si estuviera aún como secretaria norteamericana de Estado, Hillary Clinton podía reir hilarantemente con la destrucción del Estado, la división del país, la fragmentación de las tribus, el pisoteo de la soberanía y la toma del país por fuerzas imperialistas, extranjeras, mercenarias y terroristas, quienes han hecho del país un mercado de esclavos africanos, un reino de las mafias que trafican con migrantes hacia Europa y un saqueo de los recursos petrolíferos del país, en el marco de una guerra entre dos bandos de orientación extranjera.