Grupo sin Lima: Perú busca la dignidad

Un ente creado por el Imperio para tratar de derrocar al Gobierno Bolivariano de Venezuela, acaba de recibir otro duro golpe hace unas horas, cuando Perú, mediante el gobierno de Pedro Castillo, decidió abandonar el Grupo de Lima, rechazando de plano toda injerencia en los asuntos internos de otros países, camino emprendido hace unos meses por la Argentina de Alberto Fernández.

El Grupo fue creado en el 2017 para unir en torno a los intereses del régimen estadounidense a los países que comparten su visión geopolítica para América Latina

Recordemos que, en una reciente reunión del Grupo, los mandatarios de Colombia y Brasil patrocinaron un plan urdido por EE.UU. para dar al traste violentamente con el gobierno de Caracas, contradiciendo los postulados de la entidad, hipócritas a todas luces, de que estaba tras una transición pacífica y democrática en Venezuela.

El anterior ministro de Relaciones Exteriores de Perú, Néstor Populazo Bardales, había recibido órdenes directas de EE.UU. sobre “la necesidad de aumentar la presión al régimen de Maduro para restaurar la democracia y la prosperidad al pueblo venezolano”, sin mencionar la crisis política e institucional que asolaba a la propia nación peruana.

Subrayo: el Grupo resulta la excusa perfecta para unir en torno a los intereses de estadounidenses a los países que comparten la visión geopolítica que EE.UU. tiene para América Latina y el Caribe y que pasa, en primera instancia, por aislar primero y derrocar después al gobierno venezolano, para lograr así un orden homogéneo donde ningún país salga del ámbito de su influencia.

En un contexto de expansión de la presencia china y rusa en la región, EE.UU. parecería estar deseoso de reforzar algunas alianzas, mostrando una actitud muy diferente al discurso “aislacionista” que esboza en otros contextos. La guerra comercial con China expresa uno de los desafíos planteados por el Comando Sur y la Estrategia de Defensa Nacional, en la que China es identificada como un depredador.

El principal socio militar de los países de la región es EE.UU. en un contexto de incremento del gasto militar, destacándose las compras de Colombia, Brasil y Ecuador.

En fin, salvo México, estos países que de manera obsecuente están siguiendo el libreto de EE.UU. de intervención sobre Caracas, teniendo también en la mira a Cuba y Nicaragua, utilizan la retórica y las acciones antivenezolanas para descomprimir la crisis interna que tienen en sus realidades nacionales, con dificultades económicas y energéticas, alistando un plan de saqueo a Venezuela, con el cual pretenden resolver sus demandas de gas, petróleo, oro, y de colocación de productos manufacturados e industriales.

De ahí la importancia de la decisión del gobierno de Pedro Castillo de dejar al Grupo sin Lima

Héctor Béjar, nuevo ministro de Relaciones Exteriores peruano, anunció que Perú abandonaría el Grupo de Lima y adoptaría una postura no injerencista en materia de política exterior.

En el futuro, la diplomacia peruana se basará en una “agenda de la libertad, el globalismo, el humanismo y la justicia”. Esto debe suceder “sin distinciones ideológicas”, especialmente con los estados vecinos y los socios comerciales y económicos más importantes, anunció el ministro.

El Grupo de Lima pierde otro miembro más. Perú se une a naciones como Argentina, Bolivia y México que condenan los bloqueos, embargos y sanciones unilaterales y prefiere adherirse al Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas.

Béjar también reafirma la importancia de la integración regional en América Latina. Por encima de todo, declaró la “comunidad andina se debe fortalecer y mejorar sus dimensiones espaciales, económicas, comerciales, sociales, culturales y físicas de la integración”.