FMI y los demás: Amores difíciles

Hace muy poco comentábamos como el Fondo Monetario Internacional hacía buenas migas con el ultraderechista presidente argentino, Javier Milei, con el fin de presentar una cara agradable y endulzar la figura del libertario, sin dejar de percibir ganancias por el préstamo récord de 44 000 millones de dólares concedido al entonces mandatario, Mauricio Macri, con presiones al respecto de su colega norteamericano, Donald Trump.

Ello me recuerda una escena de El Hijo de Frankenstein, una comedia de Billy Wilder donde el monstruo (FMI) sentaba en su regazo a un lloroso actor (Milei) que le contaba sus cuitas.

Pero ello no ocurre con otros gobiernos que acuden a préstamos del Fondo para resarcir sus falencias, como los tres últimos gobiernos de Ecuador, aunque hay ejemplos aún más deleznables sobre la actuación del FMI.

Martín-Aceña, quien publicó un libro sobre los 75 años de la fundación del FMI, señala que muchas de las intervenciones de este organismo generan numerosas protestas, debido a la severidad de los ajustes que el organismo pide que apliquen los gobiernos como condición para que puedan recibir sus préstamos.

JUSTA CRÍTICA

Una crítica frecuente en contra del FMI lo presenta como un instrumento de la política exterior de EE.UU.

Y es que instituciones financieras que operan desde Washington siempre asustan con el caos que se produciría si los gobiernos no se atienen al Programa de Ajuste Estructural del FMI.

Diego Sánchez-Ancochea, profesor de Economía de la Universidad de Oxford (Reino Unido), critica estos programas de ajuste, porque "tienen un sesgo excesivamente recesivo" y ponen demasiado acento en la reducción de costes y en el aumento del tipo de interés en la política monetaria.

"Es importante dar liquidez a los países en desarrollo y el Fondo tiene un buen papel para ello, pero su condicionalidad y sus requerimientos suelen ser demasiado costosos para los países", le dice a BBC Mundo.

Por otra parte, a veces estas recetas tienen consecuencias indeseadas o no funcionan como se esperaba.

"El FMI se ha equivocado muchas veces. Se ha equivocado en el análisis de la enfermedad que tienen los países y no ha acertado, porque si el diagnóstico no es bueno, la medicina suele fallar", señala el catedrático de la Universidad de Alcalá.

A su vez, la escritora y activista antiglobalización Naomi Klein denomina como "doctrina de shock" al conjunto "de medidas económicas de 'emergencia' pro empresariales, tales como las megaprivatizaciones y la reducción drástica de los gastos sociales", recetadas por el FMI y otros organismos financieros internacionales, como el Banco Mundial.

DRAMA PAQUISTANÍ    
                                                                             
Ya depuesto y condenado injustamente a prisión el popular exprimer ministro paquistaní Imre Khan -quien cometió el “pecado” de viajar a Moscú y expresarle a Putin su solidaridad con la operación militar rusa en Ucrania-, el nuevo gobierno de Shehbaz Sharif recibió un “rescate” de 3 000 millones de dólares para amortizar su deuda con el FMI, y anunció que pedirá otros 8 000 millones al Fondo “para encausar al país”.

En una nota, la entidad indicó que “la posición económica y financiera de Paquistán ha mejorado” en los últimos meses, pero apuntó que “se espera que su crecimiento sea modesto este año y que la inflación se mantenga muy por encima del objetivo, por lo que se necesitan esfuerzos continuos políticos y de reforma para abordar las profundas y arraigadas vulnerabilidades económicas ante el desafío que suponen las elevadas necesidades de financiación externa y nacional y un entorno externo inestable".

Desde hace décadas, Paquistán ha estado sujeto al mismo “remedio económico” mortífero que sufrió la Yugoslavia de 1999 inmediatamente después del golpe de Estado que llevó al general Pervez Musharraf al mando del gobierno militar.

Se impuso a Paquistán un paquete económico del FMI que incluía la devaluación de la moneda y drásticas medidas de austeridad.  La reducción de la deuda de 40 000 millones de dólares estaba condicionada a la venta al capital extranjero y a precio de saldo de las empresas extranjeras más rentables, incluyendo las instalaciones de gas y petróleo en Baluquistán.

El Ministro de Finanzas de Musharraf fue designado por Wall Street, lo que no es una práctica inusual, y los dirigentes militares nombraron como vicepresidente a Shaukat Aziz, quien era directivo de Citigroup.

Existen obvias similitudes en la naturaleza de las operaciones de inteligencia estadounidenses aplicadas a los países en vías de desarrollo.

Estas operaciones encubiertas, que incluye la organización de golpes de Estado militares, a menudo están sincronizadas con la imposición de reformas macroeconómicas del FMI, en coordinación con el Banco Mundial, que llevaron a la pobreza a los pueblos de la posteriormente desmembrada y ya mencionada Yugoslavia.