Estados Unidos: Saludan quienes van a morir

La Associated Press, (AP) dijo este jueves, que centros de salud para migrantes desearían vacunar a trabajadores agrícolas pero,  en varios  estados esa idea la obstaculizan y dan preferencia a otros sectores.

Jennie Wren Denmark, directora del East Georgia Healthcare, quien dirige 13 clínicas expresó, “Tenemos las manos atadas”.

La doctora señaló que se vacunarán los pacientes que aparecen en una lista estatal donde incluyeron maestros    pero  no  a trabajadores agrícolas.

Las autoridades de salud pública dieron a conocer que ante  el número insuficiente de vacunas establecieron prioridades de cara a  brotes, riesgos y necesidades. 

Quienes defienden a estos  trabajadores no ocultan su malestar.

Entre ellos, Edgar Franks, de 41 años y líder del sindicato Familias Unidas por la Justicia,  trabaja los fines de semana en labores del campo  en Vernon, cerca de Washington, y declaró: 

“Somos indispensables, pero no nos tratan como si fuésemos indispensables”. Las esperas irritan a la gente y la desesperan”. 

Leticia Cuevas, de 35 años, trabaja en el cultivo de uvas cerca de la ciudad de Prosser,  Washington, manifestó: “Espero que todo vuelva a la normalidad y que recibamos el mismo trato. Merecemos dignidad”.
La AP comentó que los trabajadores agrícolas corren mucho riesgo de contagiarse con la Covid-19. 

A menudo viven amontonados en barracas y todos comen juntos en salones comedores, viajan a los campos en camionetas atestadas y otros laboran en procesadoras de mucho movimiento.

Según Jason Lusk, profesor de economía agrícola de la Purdue University unas 9 mil   trabajadoras agrícolas fallecieron y casi medio millón se han infectado. 

Los estados con más enfermos  son Texas, California, Iowa, Wisconsin, Oklahoma, Tennessee, Missouri, Florida y Minnesota.

La semana pasada, más de 60 centros de salud que atienden a  trabajadores agrícolas de 21 estados comenzaron a recibir vacunas del gobierno federal.
 

Sin embargo, señaló AP en la mayoría de los estados, incluidos Texas, Nueva York, Georgia y la Florida, esos obreros todavía no clasifican en las categorías establecidas para vacunarse.

Michele Roberts, subsecretaria interina de salud en el estado de Washington expresó: “Todas las  decisiones son increíblemente difíciles y lamentablemente la disponibilidad de vacunas es limitada”.

Agregó estar  consciente que el trabajo en el campo “es una de las ocupaciones de  más riesgos”. 

Dispuso tratar  de vacunarlos lo antes posible.

En algunos condados de California, las campañas de vacunación se enfocan en los trabajadores agrícolas.

Mientras en Florida  que produce la mitad de los tomates que consume Estados Unidos y el 70 por ciento  de los cítricos, todavía no incluye a los trabajadores del campo entre las categorías que pueden vacunarse.

Y más, tiene políticas restrictivas de residencia para la vacuna, por lo que las personas  están obligadas a  mostrar una identificación de ese  estado o facturas de algún servicio público.

Sylvia Partida, directora del Centro Nacional de Salud de los Trabajadores Agrícolas, dijo que los estados deben modificar sus prioridades para velar por la seguridad de la fuerza de trabajo.

La situación de esos trabajadores hizo recordar una célebre frase de la Roma antigua que reza: “Salve, César, los que van a morir  te saludan”.