En el rico EE.UU.: Miseria e inflación llevan al miedo

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En el rico EE.UU.: Miseria e inflación llevan al miedo
Fecha de publicación: 
17 Mayo 2022
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No importa los cheques enviados a tutiplén por la actual administración a quienes dice que son los más necesitados, a quienes quedaron desamparados por la pandemia y a los olvidados de siempre: la pobreza y la desigualdad siguen vigentes en Estados Unidos, donde unos 45 millones de sus hijos están en la peor de las situaciones.

La pobreza aumentó en el 2020 en medio de la pandemia, incluso cuando los pagos de estímulo ayudaron a unos 11,7 millones de estadounidenses a evitarla, aunque ahora están al borde de llegar a esa situación, debido a la extrema inflación desatada por su propio gobierno para, dice, combatir a los «malos» rusos, que atacan a los «pobrecitos» ucranianos, cuando la política imperial al respecto ha hecho ganar multimillonarias cifras de dólares a la principal industria del país, la armamentística.

Dudosa, demorada y tacaña para ofrecer 4 000 millones de dólares que debía haber otorgado para mitigar la crisis de la emigración centroamericana, la actual administración multiplica esa cifra para enviar armas a Ucrania, lo cual profundiza la crisis en el este de Europa, que pudiera llevar a una tercera y definitiva guerra mundial.

Las sanciones que tanto gusta EE.UU. aplicar, en el caso de Rusia, le ha golpeado con precios elevados de los combustibles y escasez de suministros, como es el de los alimentos para infantes.

Esto se suma a la crisis de la pandemia del coronavirus, con el mayor número de casos y muertes en Estados Unidos, donde trastornó la economía desde principios del año pasado, costando el empleo a millones de estadounidenses, ya que los estados obligaron a cerrar los negocios no esenciales y a la gente a quedarse en casa en un esfuerzo por detener la propagación del virus.

Dicen que la situación ha mejorado, pero la economía sigue sin alcanzar los cinco millones de puestos de trabajo que tenía en febrero del 2020. 

Pesimismo

Aunque muchos analistas norteamericanos coinciden en afirmar que con esta administración se ha alcanzado el mejor mercado laboral jamás visto en Estados Unidos, ello no ha impedido que la mayoría de la población se sienta pesimista por el estado de la economía del país.

La respuesta sencilla es la inflación, medida por el índice de precios al consumo (IPC), que está mostrando la tasa de aumento más rápida en casi 40 años. Para ver cuánto sufrimiento económico está causando, es útil observar otra medida surgida hace décadas: el Índice de Miseria.

El Índice de Miseria fue creado por Arthur Otún, uno de los principales asesores económicos del presidente Lyndon Johnson. Se hizo más conocido en los ‘70 y principios de los ‘80, y suma dos medidas de sufrimiento económico: la tasa de desempleo y la medida de inflación del IPC, para crear una sola cifra. Cuanto más baja sea la cifra, más contentos estarán los consumidores, y por ende, los electores. Cuanto más alta, más descontentos.

En este momento, la medida se encuentra en un nivel que Estados Unidos no ha visto de forma consistente desde la Gran Recesión y los años que le siguieron.

Y es que la inflación aumenta la «miseria» del consumidor estadounidense, sin contar que, como apuntamos, ya 45 millones de estadounidenses están inmersos en la extrema pobreza; de ellos, el 11% son blancos, 26% latinos y 33% negros.

Si bien el desempleo es ahora muy bajo, en comparación con los estándares históricos, el alto ritmo de aumento de los precios significa que el Índice de Miseria está cerca de los niveles durante e inmediatamente después de la Gran Recesión del 2009.

Lo cierto es que esta administración, que ha seguido una política exterior repugnante, inmoral y abusiva, que cuesta diariamente la vida a miles de personas, trató de paliar los graves problemas del aumento de la miseria, algo impensable en la anterior era de Trump, salvando a millones de personas de los peores estragos de la recesión económica. 

Fueron aprobados tres importantes paquetes de ayuda, enviando 3 200 dólares en pagos de estímulo en el 2020 y el 2021, ampliando el sistema de prestaciones por desempleo, reforzando los cupones de alimentos y proporcionando fondos para que las familias de estudiantes de bajos ingresos pudieran comprar comida, aplazando los pagos de los préstamos estudiantiles, imponiendo una moratoria a los desalojos, enviando fondos de ayuda a los gobiernos estaduales y locales, y proporcionando asistencia a las empresas.

Y aunque la ampliación masiva de las prestaciones por desempleo sacó a 5,5 millones de personas de la pobreza, los ingresos familiares cayeron y el número de los empleados a tiempo completo en un contrato anual disminuyó en aproximadamente 13,7 millones de personas, la mayor cifra en mucho tiempo.

Los esfuerzos federales para apoyar a las personas con dificultades lograron mantener a raya el hambre el año pasado entre los estadounidenses en general, según un reciente informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.

En general, la proporción de hogares que se enfrentan a la inseguridad alimentaria se mantiene este año, mientras en el 2020 fue de 10,5%, o 13,8 millones de hogares.

Sin embargo, la inseguridad alimentaria entre las familias con niños aumentó el año pasado, a pesar de la respuesta federal. 

Combustibles descontrolados

Y aunque Biden anunció una exención de emergencia para levantar la prohibición de la venta de etanol con el fin de controlar los precios de la gasolina, muchos camioneros no podrán operar.

El promedio nacional actual de un galón de diésel aumentó más del 10% en el último mes y es un 77% más que hace un año. Los precios en el noreste están muy por encima de los seis dólares por galón, y en media docena de estados de Nueva Inglaterra, así como en Nueva York, se han más que duplicado durante el último año.

Las razones de la escasez son variadas, pero las sanciones y la reducción del suministro de petróleo ruso debido a su operación para desmilitarizar y desnazificar Ucrania han jugado un papel importante.

Aunque antes de la guerra llegaba muy poco petróleo crudo o diésel ruso al mercado estadounidense, Europa depende de ello. Aproximadamente la mitad de los automóviles en Europa funcionan con diésel, además de camiones y trenes de carga. (Menos del 5% de los automóviles de pasajeros de EE.UU. funcionan con diésel).

Algunos economistas confiesan que nunca habían visto algo así, con un mercado totalmente distorsionado, lo cual puede provocar una actividad económica mucho más lenta.

Prácticamente todo lo que se compra se envía en algún momento en un camión que funciona con diésel, cuyas empresas cobran a sus clientes un recargo por combustible cuando suben los precios, lo que aumenta el costo de lo que entregan. Cadenas de suministro enteras pueden paralizarse, si los camiones no tienen el combustible que necesitan para funcionar.

También es fundamental para su uso en la agricultura. Los precios más altos del diésel podrían obligar a los agricultores a reducir las plantaciones o la fertilización, lo que limitaría los suministros de alimentos, que ya son escasos, y aumentaría sus precios más allá del costo adicional del transporte.

El precio promedio del diésel se ha disparado este mayo a entre 7,27 y 8,95 dólares por galón en los países de Europa Occidental, y no es mucho más barato en la mayor parte de Europa del Este.

Esos altos precios han provocado un gran aumento en las exportaciones de diésel a Europa desde las refinerías de EE.UU. y Canadá, que normalmente estarían abasteciendo a las empresas de camiones norteamericanas.

Las exportaciones de diésel de EE.UU. a Europa desde principios de abril aumentaron un 36% en comparación con el mismo período hace un año, según la Administración de Información de Energía de EE.UU.

Las refinerías de petróleo están produciendo la mayor cantidad posible de diésel y combustible para aviones, igualmente caro, con el petróleo que tienen, lo que está elevando el precio de la gasolina. Pero hoy hay menos capacidad de refinación en EE.UU. y Canadá que antes de la pandemia, ya que algunas refinerías cerraron permanentemente y otras se están convirtiendo para refinar combustibles renovables, en lugar de petróleo crudo.

Y eso es parte del panorama actual de la economía norteamericana, siempre explotadora, que aún mantiene un alto estándar de vida, a costilla de otros, pero que hoy se enfrenta a todavía una pequeña parte de las consecuencias que provocan sus propias acciones punitivas.

Comentarios

De verdad?, inflación en Estados Unidos?, éso es lo que mas importa en éste país, los problemas de Estados Unidos?, y la miseria que se está viviendo aquí en Cuba?, la super inflación de aquí, ésa no importa, de ésa no se habla mucho, ésa no lleva análisis?, y si lleva análisis mientras tanto que se la arregle el pueblo como sea no?, en Estados Unidos hay inflación si es cierto, pero hay comida, hay buenos salarios que pagan lo que consumes y da para mantener a los familiares por el mundo, te pagan en dólares y te venden en dólares, aquí hay si, en la mal llamada MLC si, de todo, pero no todos tenemos MLC, entonces? Cuál es la inflación que me interesa a mí como pueblo cubano?, la de un país que tiene de todo y la gente sigue viviendo como persona y el mundo entero sigue emigrando para lograr tener una vida con la calidad mínima aunque sea? O la inflación mía, de mi país Cuba, de donde vivo o no, mejor dicho, trato de sobrevivir cada día sin esperanza de nada y con la falta de todo, duelale lo que expreso a quien le duela y moleste a quien moleste, pero es la realidad. Miedo tenemos si, el pueblo de Cuba de como estamos y lo que nos espera, porque la esperanza nuestra era verde y se la comieron los chivos, no porque no hay ni chivos, se secaron se marchitaron nuestras esperanzas.

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