El gran pretexto
especiales

Trump recibió a Netanyahu el martes en la Casa Blanca.
La “diplomacia” israelí del uso de la fuerza como única alternativa sigue imponiéndose en la región del Medio Oriente, con el irrestricto apoyo militar y económico de Estados Unidos, que mantiene atado al inoperante Consejo de Seguridad y burlada a Naciones Unidas.
Se dice, y es verdad, que mientras Tel Aviv mantenga la guerra de agresión contra sus vecinos no pueden tener lugar los juicios por corrupción abiertos contra el primer ministro Benjamin Netanyahu, a quien otro criminal, este presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le llama cariñosamente, Bibi, el Guerrero.
Pero lo real, aún más cruel, que el objetivo es crear todas las condiciones para que Israel haga su realidad de crear el Gran Eretz, la “patria eterna del sionismo”, en la que naciones vecinas sean ocupadas y bailen al compás de lo que decida el depredador.
Las recientes y continuadas luchas entre los drusos protegidos por Tel Aviv y los beduinos del sur de Siria han servido a Israel para ocupar más territorio sirio, algo que hace fácilmente tras destruir el 85% del armamento del país árabe inmediatamente después de la caída de Assad.
Las protestas del grupo sectario que ocupa el poder en Damasco, no han podido impedir sucesivos bombardeos de aviones y misiles israelíes, una especie de práctica de tiro, que han causado decenas de muertes y destrucción en Damasco, la capital, mientras integrantes de la inteligencia israelí, el MOSSAD, se ocupan de asesinar a entes importantes del grupo que funge como régimen y de las diversas agrupaciones que se le oponen para aumentar el caos, todo lo cual se sumó a los planes ya ejecutados del imperialismo y el sionismo para derrocar al legítimo gobierno de Bashar Assad y dar muerte a miles de sus partidarios.
Según Netanyahu, los ataques eran necesarios "para salvar a nuestros hermanos drusos y eliminar a las bandas del régimen".
Sin embargo, en opinión de Al Sharaa, jefe del grupo en el poder, Israel sólo estaba utilizando los disturbios, al atacar infraestructuras civiles y tratar de desbaratar los esfuerzos de paz y reconstrucción en su país.
"Nosotros, el pueblo de Siria, sabemos muy bien quién intenta arrastrarnos a la guerra y quién trabaja para dividirnos", declaró al Sharaa, y añadió que "no les daremos la oportunidad de enredar a nuestro pueblo en una guerra que sólo sirve para fragmentar nuestra patria y sembrar la destrucción."
LO QUE HAY DETRÁS
Israel ha llevado a cabo algo menos de mil ataques contra Siria y ha ocupado 180 kilómetros cuadrados del país desde diciembre del 2024. El gobierno de Siria no ha tomado ninguna represalia.
Oficialmente, ambos países están en guerra desde 1967. Ese año, Israel ocupó los Altos del Golán sirios, una meseta estratégica en la frontera, y luego se los anexionó de hecho en 1981. Sin embargo, la comunidad internacional considera los Altos del Golán territorio sirio bajo ocupación militar israelí. Estados Unidos e Israel reconocen el territorio como israelí.
Tras la caída de Asad, las tropas israelíes se han desplazado más allá de una zona desmilitarizada a lo largo de la frontera entre Israel y Siria que está vigilada por Naciones Unidas desde un acuerdo de alto el fuego firmado en 1974 entre ambos países.
"Los recientes ataques son un mensaje al gobierno de Damasco de que Israel sigue con interés y preocupación lo que ocurre en Siria", declaró a Deutsche Welle Yossi Mekelberg, profesor de Relaciones Internacionales en la Regent's University de Londres. "Uno de los problemas del actual gobierno israelí es que su único modus operandi es el uso de la fuerza", añadió.
"En Israel hay presión para proteger a los drusos, ya que existe una larga y arraigada alianza entre drusos y judíos en Israel", dijo Mekelberg.
En Israel, los drusos constituyen una comunidad de unos 150 000 miembros. Los drusos sirven regularmente en el ejército israelí.
En Siria, unos 700 000 drusos constituyen una de las minorías más grandes del país.
Pero se ha sugerido que el momento en que Israel atacó Siria esta semana también fue clave. El miércoles 16 de julio, Netanyahu tenía que comparecer ante el tribunal en el marco de su juicio por corrupción. Su gobierno de coalición también se ha vuelto cada vez más frágil después de que dos partidos lo abandonaran a principios de este mes. Esto podría desembocar en elecciones generales a principios del 2026.
"Teniendo en cuenta la muestra de cinismo y oportunismo sin límites de Netanyahu, podría estar utilizando situaciones [como los enfrentamientos con la minoría drusa de Siria] para desviar la atención de sus asuntos legales y de la crisis dentro de su coalición", dijo Mekelberg.
El otro objetivo de Israel es que Siria sea un Estado muy débil o un Estado roto, de modo que sea incapaz de amenazar a Israel, declaró Bohl, de la Red Rane, a Bloomberg.
Esto parece estar ocurriendo, afirma Nanar Hawach, analista principal sobre Siria del centro de investigación International Crisis Group.
"Damasco salió debilitado de los recientes enfrentamientos, se vio obligado a retirarse militarmente [y] perdió la confianza no sólo de la comunidad drusa, sino también de diferentes comunidades que no están alineadas con él.
Y detrás de ello está la consecución del Gran Eretz.
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