EE.UU.: Odiosos crímenes

En el denominado y mal llamado paraíso americano hay de todo, y no solo panaceas y aquello angelical que pregonan los alabarderos del establishment neoliberal que gobierna en Estados Unidos.

Allí la violencia está en todas partes y, aunque no es novedad alguna tratar el tema, sí lo es cuando ese aspecto degenera en odio real, aunque no es de mucho interés para las autoridades norteamericanas, como veremos al final.

Así, solo en los Ángeles se develan cifras del mal que subyace primero para flotar después con crueldad manifiesta y que permea en los 50 estados de la Unión.

Desigualdades e injusticias que fluyen de quienes usufructúan los bienes de la nación, cuyas consecuencias golpean a individuos ignorantes, convertidos luego en protagonistas visibles de esos crímenes de odio que establecen marcas cada año en la ciudad californiana, como informa el medio local La Opinión.

Esto comprende no sólo las violaciones del derecho a la vida, integridad personal y libertad individual, sino también la intención de causar daños graves o muerte a la víctima, basando la agresión en el rechazo, intolerancia, desprecio, odio y/o discriminación hacia un grupo en situación de vulnerabilidad.

En los Ángeles este año los crímenes de odio ya es un 13% superior al 2021, que fue mayor en 23% al 2020, con cifra similar al 2019.

Robín Toma, director de la Comisión de Relaciones Humanas, dijo que el 2021 comenzó siendo un año lleno de odio a nivel federal con el asalto al Capitolio de Washington el 6 de enero. Eso demostró un país profundamente dividido por motivos de raza, religión, orientación sexual y género, lo cual hace aumentar los crímenes de odio.  

NO SOLO EL ASALTO AL CAPITOLIO

Pero también se puede achacar ese fenómeno negativo a la lucha entre los carteles de las drogas y la mantenida represión a las razas no blancas, principalmente a la negra, por entes inhumanos, entre los que descuella el tenebroso y permitido Ku Kluk Klan.

En el 2021, solo en los Ángeles. los latinos ocuparon el 25% de las víctimas raciales y los delitos contra ellos aumentaron un 10% de 106 a 117. Este fue el grupo más grande con mayor probabilidad de ser objeto de delitos violentos. En el 78% de estos delitos se utilizaron calumnias antimexicanas.

Los delitos con insultos antiinmigrantes se dispararon un 48% de 56 a 83, el mayor número jamás registrado.

Las víctimas transgénicas experimentaron la tasa más alta de violencia con un 93%, seguidas por la homofóbica en 89%, la racial un 78% y delitos religiosos con un 53%.

El aumento del 23% en los delitos de odio se debió en gran parte a un aumento del 17% en los realizados contra afroamericanos, latinos, asiáticos y del Medio Oriente, con el 58% del total.

Aquellos cometidos por pandilleros aumentaron un 69%, de 32 a 54. El 74% fueron raciales y la mayoría dirigidos contra afroamericanos. Además, se reportaron 20 crímenes de odio contra homosexuales.

EL POCO CASO

Grupos como la Liga Antidifamación pidieron al Congreso y a las agencias de aplicación de la ley en EE. UU. que mejoraran la recopilación de datos y la denuncia de delitos de odio. Los críticos han advertido durante mucho tiempo que las cifras pueden estar incompletas, en parte porque se basan en informes voluntarios de las agencias policiales de todo el país.

El año pasado, solo 2 172 agencias de las 15 000 en todo Estados Unidos reportaron datos sobre delitos de odio al Buró Federal de Investigaciones, reconoció el FBI.

«La gravedad total del impacto y el daño causado por los delitos de odio no se puede medir por completo sin una participación completa en el proceso de recopilación de datos del FBI», señaló el presidente de la Liga Antidifamación, Jonathan Greenblatt.

Una investigación de Associated Press encontró que más de 2 700 departamentos de Policía en todo el país no han presentado un solo informe de delitos de odio desde hace seis años.