Deforestando la Amazonía

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Deforestando la Amazonía
Fecha de publicación: 
18 Octubre 2020
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Incendio forestal cerca de Porto Velho, Brasil, el 27 de agosto de 2019. Ricardo Moraes / Reuters

Tan increíble como inhumano: el plan del Imperio mediante un régimen tan servil como el de Jair Bolsonaro es deforestar virtualmente la Amazonía brasileña en aras de la mayor explotación por las empresas locales y las transnacionales de los rubros exportadores de la agricultura.

Bajo el lema “humanitario” de lograr más alimentos para una hambreada Humanidad, se trata de hacer creer que es indispensable la invasión de tierras de donde han sido expulsados previamente miles de sus habitantes originarios -muchos de ellos asesinados-, alternando con una quema acelerada del bien llamado Pulmón del Planeta, lo cual ha incrementado las críticas incluso de naciones europeas que sí avalan a EE.UU. en planes de agresión y ocupación en otros planes de apropiación de las riquezas naturales de países más débiles.

El ansia geófaga, avalado por los fascistas en el poder, ha aumentado el número de incendios en más del 15% en la región, los mayores desde el 2010, casi todos intencionales.

A ello se suma el abandono de una masa indígena ante la pandemia del nuevo coronavirus, lo cual no es una novedad ante un presidente que ha colocado a Brasil en uno de los principales lugares mundiales de infestados y muertes, y pasa por alto que, del poco dinero destinado tardíamente al respecto, gran parte ha sido birlada por elementos de su entera confianza.

Tales hechos se suman a las informaciones procedentes de Estados Unidos que corroboran que varios funcionarios del gobierno están detrás de la deforestación de la Amazonía, sumándose al caso del multimillonario norteamericano Stephen Schwarzman, quien también asignó millones de dólares al líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell.

Stephen Schwarzman es el cofundador de Blackstone y actualmente posee aproximadamente una quinta parte de esta compañía, lo que lo convierte en uno de los hombres más ricos del mundo. En el 2018, le pagaron al menos 568 millones de dólares, lo que fue, de hecho, una caída en comparación con los 786 millones que ganó el año anterior este multimillonario ha sido generoso con McConnell y Trump.

En particular, en el 2016 Schwarzman donó 2,5 millones de dólares al Fondo de Liderazgo del Senado y al Comité de Acción Política de McConnell y puso al cuñado multimillonario de éste en la junta de Blackstone. Dos años después, asignó otros ocho millones de dólares al Comité.

FUENTE “GENEROSA”

Además, los empleados de Blackstone han donado más de 10 millones de dólares a McConnell y a su Comité de Acción Política a lo largo de los años, lo que los convierte en la mayor fuente de financiamiento directo de su carrera.

Ricardo Moraes, de la agencia noticiosa británica Reuters, averiguó que dos empresas brasileñas que son parcialmente propiedad del importante donante de Trump, tienen gran parte de responsabilidad en la continua destrucción de la selva amazónica, "una carnicería que se ha convertido en furiosos incendios que han captado la atención mundial".

Estas dos empresas son Hidrovias do Brasil y Pátria Investimentos (que posee más del 50% de Hidrovias), ambas propiedades de Blackstone.

Estas compañías "han arrebatado el control" de varias parcelas de tierra en la selva amazónica, las deforestaron y ayudaron a construir una polémica carretera hacia su nueva terminal de embarque en Miritituba, en el estado brasileño de Pará, con el fin de facilitar el cultivo y la exportación de granos y soja.

La terminal está dirigida por Hidrovias do Brasil y permite a los productores cargar soja en barcazas, que la transportan hasta un puerto más grande para, desde allí, enviarla a todas partes del mundo.

Hidrovias do Brasil anunció a principios del 2016 que pronto comenzaría a exportar soja en camiones desde el estado de Mato Grosso por la carretera B.R.-163, que en aquel entonces estaba en gran parte sin pavimentar. No obstante, la compañía aseguró que planeaba mejorarla y desarrollarla.

En la primavera del 2019, el gobierno de Jair Bolsonaro anunció que Hidrovias do Brasil se asociaría en la privatización y el desarrollo de cientos de kilómetros de la ruta B.R.-163. El desarrollo de la carretera en sí causa deforestación, pero lo más importante es que ayuda a hacer posible una transformación más amplia de la Amazonía convirtiendo selva en tierras de cultivo".

La carretera B.R.-163 ha tenido un marcado efecto sobre la deforestación, han notado varios medios. "Todos los años entre 2004 y 2013, excepto 2005, la deforestación en la Amazonía en su conjunto disminuyó, pero aumentó en la región alrededor de la B.R.-163", informó Financial Times en septiembre de 2017. Este hecho provocó el rechazo de los indígenas defensores de la Amazonía.

En marzo último, Hidrovias admitió que su negocio se había ralentizado por el aumento de los bloqueos que organizaban los defensores de la selva en la carretera, pero la fuerza pública y elementos mercenarios hicieron desaparecer el “contratiempo”, por lo cual la compañía anunció que gracias a una fuerte inversión planeaba duplicar su capacidad de envío de granos a 13 millones de toneladas.

Bolsonaro trató de justificar que el esfuerzo depredador por transformar a la Amazonía de una selva tropical en una fuente de ingresos para el agronegocio era fundamental y que no estaba relacionado con los incendios, pero la Agencia Nacional de Espacio de Estados Unidos contradijo al mal gobernante, y alertó sobre el total descontrol al efecto.

Comentarios

Dándole el puntillazo final a la naturaleza,las grandes trasnacionales de la destrucción del planeta seguirán bailando al compás del dinero hasta que acaben con todo, si los que tienen que pararlo no lo hacen, nos destruirán a todos.
osmanimm64@nauta.com.cu

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