Brechas de género y desigualdad: Desafíos que aún persisten

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Brechas de género y desigualdad: Desafíos que aún persisten
Fecha de publicación: 
27 Abril 2024
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Los estudios sobre la brecha de género, en particular, sobre la participación desigual de las mujeres en el desarrollo socioeconómico de los países de América Latina y el Caribe cobran vigencia, en particular cuando en los tiempos que corren, lejos de favorecer la disminución de esas desigualdades, cada vez son mayores y más profundas.

Por un lado, se evidencia que sigue siendo desproporcionado el tiempo del trabajo de cuidado y en los hogares, es decir, el no remunerado y por otro, hay una marcada discriminación laboral que frena el desarrollo del potencial productivo y económico, la inserción y activa vida social de las mujeres en la región.

Un estudio reciente titulado “Cerrar la brecha de género para impulsar la economía y productividad de América Latina” y realizado por el Departamento de Género y No-discriminación (GEDI) de América Latina y el Caribe de la OIT, confirma que las economías de nuestra área geográfica que reportan menores brechas de género en ciertos sectores claves son las que registran los mayores niveles de productividad laboral por hora trabajada.

Asimismo, destaca que la prevalencia de violencia impacta de manera acusada en el rendimiento de las mujeres que forman parte de la fuerza laboral y la disparidad existente en las tasas de participación laboral entre hombres y mujeres representa una brecha que, de reducirse, podría traducirse en un aumento significativo de la productividad empresarial y el crecimiento económico regional.

El informe destaca, además, que persiste la brecha de participación laboral, con tasas de 51.8% para las mujeres frente al 74.4% para los hombres, aun cuando los emprendimientos liderados por mujeres demuestran ser más rentables con inversiones menores, comparados con los liderados por hombres. Esto refuerza la importancia de eliminar las barreras que enfrentan las mujeres emprendedoras, incluyendo el acceso limitado a financiamiento y tecnologías.

Al respecto, Ana Virginia Moreira Gomes, directora regional de la Oficina de la OIT para América Latina y el Caribe, considera que “existe una urgente necesidad de abordar las desigualdades de género y llevar a cabo cambios transformadores que permitan a las mujeres su plena incorporación al mercado laboral en las mismas condiciones que los hombres".

Se impone entonces la necesidad de promover entornos laborales seguros e inclusivos y aunque son grandes los desafíos, algunas organizaciones globales como la OIT y sus respectivas oficinas territoriales, proponen un conjunto de áreas de oportunidad para reducir las brechas de género, impulsar mejores regulaciones y políticas públicas en función de que todas las personas y empresas puedan aprovechar su pleno potencial productivo y ofrezcan soluciones equitativas al trabajo de cuidado no remunerado.

Se trata también de fomentar la participación femenina en el mercado laboral, combatir la discriminación laboral y cerrar las brechas de ingreso entre géneros, erradicar la violencia y el acoso en el lugar de trabajo, así como apoyar el emprendimiento femenino.

"La OIT insta a gobiernos, organizaciones de empleadores y de trabajadores a colaborar en la implementación de políticas dirigidas a cerrar las brechas de género. El objetivo es claro: desbloquear el pleno potencial económico de América Latina y el Caribe, promoviendo una sociedad más equitativa y productiva". Así lo resume Moreira.

Compartimos entonces algunos datos relevantes, que más que cifras, debieran hacernos reflexionar sobre los caminos que aún nos quedan por recorrer en la lucha por la igualdad y la eliminación de las brechas de género.

Datos relevantes:

- Disparidad en la participación laboral: en el año 2023, las mujeres lograron recuperar los niveles de participación laboral previos a la pandemia, sin embargo, la brecha de género en la participación laboral persistió significativamente, con una tasa de 51.8% para las mujeres en comparación con el 74.4% para los hombres. (OIT, 2023)

- Brecha por nivel educativo: a nivel regional, la tasa de ocupación de los hombres con nivel universitario supera en 11 puntos porcentuales a la de las mujeres con igual nivel educativo. En los niveles bajos de educación, la brecha por género alcanza los 32 puntos porcentuales, siendo aún más pronunciada. (OIT, 2023)

- Contribución del trabajo no remunerado: las mujeres dedican de 22 a 43 horas semanales a actividades de cuidado no remuneradas, frente a las 10 a 20 horas dedicadas por los hombres, lo que reduce significativamente el potencial productivo femenino en la región (CEPAL, 2023).

- Costo económico de la violencia de género: la violencia hacia las mujeres puede representar un costo de hasta el 2% del PIB global (ONU Mujeres, 2016).

- Emprendimiento femenino: las empresas cofundadas por mujeres reportan mayores beneficios económicos con menor inversión en comparación con las empresas cofundadas por hombres, lo que subraya el potencial desaprovechado del emprendimiento femenino en la región (WEF, 2018).

- Formalización del trabajo de cuidado remunerado: en América Latina, el trabajo doméstico representa el 11.3% del empleo total femenino, con 7 de cada 10 trabajadoras y trabajadores domésticos perteneciendo al empleo informal (OIT, 2021).

- Impacto de la inclusión financiera y digital de las mujeres: la inclusión financiera y digital de las mujeres es clave para su empoderamiento económico, proporcionando acceso a información sobre oportunidades laborales, empleos más flexibles y recursos educativos (OECD, 2012).

 

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