#AnalizandoDatos: ¿Cómo va Trump hacia el 2024?
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Al día de hoy, poca sorpresa habrá en las primarias republicanas (tampoco las esperen en las demócratas). Reitero que «al día de hoy» porque, de mantenerse la tendencia y el comportamiento de las variables políticas predominantes en ese tipo de evento, todo apunta a que la Convención Nacional Republicana adoptará formalmente la candidatura de Donald Trump, para aspirar, por tercera ocasión consecutiva, a la presidencia del país.
Sin embargo, destaco el entrecomillado porque hasta el 18 de julio de 2024, cuando concluirá la referida Convención, las deudas que mantiene Trump con la justicia pudieran sacarlo de la carrera. En todo caso, mientras eso no suceda, es el candidato más consolidado, a criterio de la mayoría de analistas y encuestadoras. Pero vayamos a las cifras.
Empecemos comentando que desde noviembre del 2022 hasta el reciente 11 de julio, 26 encuestadoras norteamericanas, asociadas a medios de prensa y universidades, publicaron 110 sondeos sobre la preferencia del electorado republicano, y solo una de ellas (CNN, en marzo) dio ganador a Ron DeSantis, pero con un efímero 2% que, incluso, queda en el margen de error promedio de esas investigaciones. O sea, las 109 encuestas restantes dan al exmandatario como ganador, en una tendencia creciente, sobre todo desde abril. Tan es así, que las 30 encuestas realizadas desde el 24 de abril dan ventajas a Trump de 20% o más, y en 21 de ellas recibe más del 50% de los votos. Valga aclarar que la propia CNN, al repetir el mencionado estudio en mayo y junio, ya mostraba a Trump con ventajas de 27% y 21%, respectivamente.
Usted pudiera pensar que no, que falta casi un año para las primarias y que es suficiente tiempo para cambiar tendencias, consolidar alianzas, presupuestos y discursos. En todo caso, ir delante desde el inicio en los sondeos es el estado deseado por todos los candidatos. Nadie crea en épicas dramatizadas de Hollywood en las que termina ganando quien todo el tiempo fue perdiendo; todos los candidatos desean empezar arriba o, al menos, con cifras competitivas.
Otro par de tendencias relucen para dejar en claro el favoritismo de Trump. La primera es la brecha que va consolidando en la preferencia de sus electores.
En la gráfica mostrada, se aprecia que los promedios de encuestas no solo mantienen a Trump como favorito en los últimos seis meses, sino que, además, ha logrado incrementar su diferencia. Observen que la entrada en carrera de otros candidatos no ha sacado votos al expresidente, sino a DeSantis. Y observen, además, que la brecha entre ambos se disparó (casi se duplicó) a mitad de abril, justo en los días cuando Trump compareció a una corte en New York. ¿Que cómo eso favorece a un político? Pues es lo que ocurre cuando la política es más el show que la política en sí.
La segunda tendencia que quiero destacar tiene que ver con la ventaja de Trump sobre sus seguidores.
La tabla anterior muestra el promedio de los nueve sondeos realizados en las últimas cuatro semanas, liderado por Trump (53.0%), DeSantis (20.6%) y Mike Pence (6.3%). La ventaja de 32.4% es sólida por sí misma, pero resulta un dato demoledor para sus rivales, si recordamos que, en esta misma fecha, encuestas similares realizadas para las primarias en 2007, 2011 y 2015 daban ventajas, en cada caso, de 9.4% a Guliani, 10.8% a Romney, y de 6.2% a Jeb Bush. Ojo, alguien dirá que Guliani y Bush perdieron esas ventajas; es verdad, pero ninguno de ellos tuvo nunca más del 50% de la preferencia del electorado republicano.
En definitiva, «al día de hoy», todo apunta a que el naranja de Trump dominará la candidatura del partido rojo. Sobre un elemento clave en las elecciones norteamericanas y lo que sucede con los demás candidatos republicanos estaremos hablando la próxima semana.
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