Senador Marco Rubio: Hijo de la mentira

Un posible candidato republicano para la Vicepresidencia de Estados Unidos, el senador Marco Rubio, vive acosado por los fantasmas de su pasado, repleto de mentiras y de hechos corruptos.

Hace algunos días solicitó a la Comisión de Etica de la Florida que retire la denuncia presentada en 2010 sobre la utilización que hizo de dinero del Partido Republicano para mantener “su estilo de vida”.

La semana pasada, el diario The Wall Street Journal urgió a Rubio sacar a la luz cualquier asunto que aconseje una investigación, para evitar un escándalo posterior.

El Journal se refería a la denuncia formulada durante su campaña electoral, cuando artículos de prensa revelaron en Miami que pagaba habitualmente sus gastos personales con una tarjeta de crédito de su partido.

Además le señalaron que destinó casi cuatro mil dólares a pagar los servicios de un taxi y la reparación de un vehículo familiar, deuda  que recayó sobre el Partido Republicano.

Marco Rubio, también llamado “una estrella en ascenso”, se limitó a explicar que ya devolvió ese dinero, como dando a entender cínicamente una suerte de borrón y cuenta nueva.

El Nuevo Herald comentó en Miami que a Rubio siempre lo persigue su pasado, y un poco después The Washington Post lo corroboró al decir que engañó al caracterizar a sus padres como exiliados que huyeron de Cuba en 1959 luego del triunfo de la Revolución.

Según aclaró el Washington Post, los padres del senador abandonaron la isla en 1956, cuando aún el tirano Fulgencio Batista ocupaba el poder, hecho sobre el que finalmente Rubio manifestó humildemente: “Lo acepto”.

Hace poco, y después de largos y arduos esfuerzos, un grupo de personas que lo apoyaron con su voto en Miami lograron reunirse con él en su oficina del Capitolio.

Una de ellas, la dominicana Rosalía Campos, al igual que su esposo desempleada desde hace ocho meses, recordó que ellos y otros votaron por Rubio debido a que les prometió trabajo seguro.

Según la periodista Melissa Sánchez, el senador manifestó durante ese encuentro que desea ayudar a “empresarios e innovadores a comenzar nuevos negocios y expandir los actuales”.

Esa misma reportera agregó que otro de los participantes, un cubano de 73 años de edad, Fernando González, viejo seguidor de Rubio, preguntó ¿cómo es posible a quienes no tienen trabajo y están a punto de perder sus casas hablarles de poner un negocio?

He ahí al señor Marco Rubio, un ilustre integrante del Senado de Estados Unidos, alias “una estrella en ascenso”, posible candidato a Vicepresidente y un visceral enemigo de Cuba, amén.