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Muy de acuerdo con Rosin, en cualquier lugar del mundo tener una carrera en el ballet no es nada facil, solo llegan los que tienen dinero, y dos o tres pobres super excepcionales que a las compañias les conviene tener, pero después le sacan el dinero que se gastaron en ellos con contratos de por años, y los bailarines están atados de pies y manos porque si amenazan con irse los demandan.<br />Entonces la libertad de estudiar y hacer lo que quieras en EEUU te la da el dinero. <br />Sin embargo esos ocho bailarines cubanos que hoy se fueron no pagaron ni un centavo por su carrera y no son capaces ni de agradecer. Veremos qué logran ahora allí en el lugar de las "oportunidades", veremos en qué se convierten sus hijos, veremos si sus hijos pueden llegar a ser universitarios allí en EEUU.