PREMIOS OSCAR: Zona de interés bajo la alfombra roja

Bajo la mediática alfombra roja de Hollywood  con sus premios Oscar pareciera que se pretendió desdibujar, ¿ocultar?, lo más trascendental ocurrido en esa noche de flashes y lentejuelas. 

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La expresión en idioma inglés sweep under the rug –barrer bajo la alfombra- alude metafóricamente a esconder un problema u otro asunto que no se quiere mostrar, y algo muy parecido aconteció con el discurso del cineasta judío Jonathan Glazer al recibir la estatuilla a Mejor película internacional por La zona de interés.

Jonathan Glazer recibe la estatuilla a Mejor película internacional. Foto: Arturo Holmes/Getty Images

Lo dicho hasta aquí no es debido a que muchos esperaban que el galardón recayera en Juan Antonio Bayona por La sociedad de la nieve, sino porque ese fue el único momento en la ceremonia en que se hizo mención al monstruoso genocidio que está teniendo lugar en Gaza.

¡Qué mal gusto ensombrecer el glamour del evento, su derroche de sonrisas plásticas y resplandores con la evocación de algo tan feo y lejano! Probablemente no pocos de los presentes en la la 96ª ceremonia de entrega de los premios Oscar realizada en el Dolby Theatre, de Los Ángeles, EE.UU., hayan pensado así.

Y, para ser benévolos, muy benévolos, igual pudiera deducirse que ese fue el razonamiento que guio a las agencias y medios de prensa que reportaron y comentaron el popular acontecimiento Made in Hollywood.

Pero la ingenuidad no cabe en estos tiempos de manipulación mediática, y la gravedad del suceso que hoy debería de estremecer al mundo entero la subrayaba en sus palabras el propio Glazer, estatuilla en mano:

“Nuestra película muestra hacia dónde conduce la deshumanización en su máxima expresión. Es algo que ha dado forma a nuestro pasado y presente. Ahora estamos aquí como hombres que se niegan a que su judaísmo y el Holocausto sean secuestrados por una ocupación que ha llevado conflicto a tantas personas inocentes, ya sean las víctimas del 7 de octubre en Israel o los ataques en curso contra Gaza, todas las víctimas de esta deshumanización. ¿Cómo podemos resistir?”

Como el avestruz

Paradójicamente, la falta de sensibilidad humana que denuncia magistralmente el filme La zona de interés ha sido la misma constatada en la mayoría de las coberturas de prensa y también en la Red de Redes a propósito de esta ceremonia de entrega de los Oscar.

La película de Glazer es un drama histórico sobre el Holocausto, creado a partir de lo que fuera la vida real y no de ficción, del comandante del campo de concentración de Auschwitz, Rudolf Höss, y su familia, quienes despliegan una maravillosa y apacible vida justo al lado de ese macabro campo de extermino.

Decenas de manifestantes se reunieron a cuadras del evento clamando por una Palestina libre. Foto: Getty Images

La familia alemana se conduce como si nada sucediera aun cuando escucha –no ve nada de lo que sucede- los gritos y lamentos, los disparos, los trenes y el zumbido del incinerador al otro lado del muro de su jardín.

Y ahora, los medios no quieren ver lo que sucede más allá de los muros del Dolby Theatre, abundando en lo que, supuestamente, fueron “los momentos más significativos de la ceremonia”, como alguno dijo.

Entre esos “momentos significativos”, incluyeron desde el desnudo de John Cena en el escenario para entregar el premio al Mejor Diseño de Vestuario, el vestido roto en la espalda de Emma Stone, el perrito border collie del filme Anatomía de una caída sentado en el lunetario, hasta el desacierto de Al Pacino al anunciar el premio a Mejor Película, ganado por el largometraje Oppenheimer. 

Algunos asistentes a la ceremonia llevaron este pin que pide el alto al fuego. Foto: EFE

No han faltado cotilleos sobre besos, la factura de tal smoking, el diseño de no-sé-cuál vestido, la lagrimita de aquella…Pero parece ser que la denuncia de Jonathan Glazer no merece incluirse entre lo más significativo y sí, como anuncia la consabida frase, ser barrida bajo la alfombra porque Gaza no debe constituir una zona de interés con sus más de 31 mil muertes provocadas por Israel, porque el rojo de la alfombra hollywoodense será siempre más bonito que el rojo de esa sangre.

Foto: Reuters