Otra vez la piedra en el zapato

Otra vez la piedra en el zapato
Fecha de publicación: 
6 Abril 2020
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El gobierno de los Estados Unidos afirma una y otra vez que los programas de colaboración sanitaria de Cuba con otros países se sustentan en el abuso de los miles de médicos que participan.

Trabajan como esclavos, son esclavos —es la lógica del Departamento de Estado.

Según ciertos funcionarios, la razón por la que sale el personal de la salud de Cuba a otras naciones es la necesidad de lucro del gobierno que los envía.

Los médicos, enfermeros y técnicos son, en todo caso, víctimas de un juego político que los utiliza como fichas, ignorando su voluntad —aseguran.

Muchas de las brigadas que ha enviado Cuba a lo largo de estos años no han representado costos para las naciones que se benefician de su trabajo… pero esto tampoco convence a Washington.

Si no cobran, es entonces pura propaganda.

Jamás se han detenido a pensar en el impacto de esas brigadas en los sistemas de salud. Lo más elemental: no revisan estadísticas.

¿Cuántas personas atienden? ¿Cuántas curan? ¿Cómo inciden en los programas sanitarios?

Más allá de las cifras, que son frías: ¿cómo se puede “politizar” una vida salvada?

A los voceros del gobierno estadounidense (obviamente, a sus empleadores) solo les interesa saber cuánto cobra Cuba por esos servicios.

Ahora mismo, en medio de la mayor emergencia sanitaria mundial de los últimos años, vuelven sobre lo mismo.

Regañan a gobiernos soberanos, los incitan a “revisar” sus acuerdos con La Habana.

Presionan.

Amenazan.

Ofenden.

Y mientras, ajenos a los tejemanejes de la política, miles de personas enferman de la Covid-19; centenares mueren cada día en medio del colapso de varios sistemas sanitarios.

Al gobierno estadounidense parece preocuparle más la pequeña piedra en el zapato, las brigadas médicas cubanas, que el grandísimo dolor de cabeza que alivian en varios países ahora mismo.

Cuba no presiona a esas naciones para que “acepten” a sus médicos.

Son esas naciones las que solicitan los servicios.

Y dejando de un lado las cuestiones organizativas y los protocolos de rigor: el aplauso con que han recibido a los médicos cubanos en varios aeropuertos del mundo es muestra de que son bienvenidos.

No descuida Cuba (ni siquiera en el complejísimo escenario económico actual) la atención sanitaria a sus ciudadanos.

Se han tomado rigurosas medidas de prevención, se garantiza el tratamiento de todas las personas afectadas.

Nadie ha detenido que desembolsar un centavo.

Y con todo, muchos países han podido contar con la solidaridad de Cuba.

En las últimas semanas más de 500 médicos cubanos han salido al extranjero a enfrentar el nuevo coronavirus.

Se suman a las decenas de miles de colaboradores de la salud que trabajan de más de sesenta países.

A todas luces, muchos gobiernos del mundo no coinciden con la visión estadounidense del asunto.

Con todo respeto, el gobierno estadounidense debería ocuparse de su propia situación sanitaria, que es particularmente compleja.

El trabajo del personal cubano de la salud —en el país o en otras naciones— es fruto de una vocación de servicio, de valores compartidos.

En momentos de crisis, esa labor es sagrada.

Comentarios

EL SISTEMA DE SALUD DE CUBA Y SUS PROFESIONALES SON DE LA MÁS ALTA CALIDAD. ESO TRAE CONSIGO LA ENVIDIA Y DOLOR QUE ESO PRODUCE. JOSE MARTÍ, EL HEROE NACIONAL DE CUBA DEJO PLASMADO " QUIEN POSEA UNA CUALIDAD EN DEMASÍA, LASTIMA AL TENERLA, A LOS QUE NO LA POSEEN "
juancarlosmenadearmas1959@gmal.com

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