Variados eventos astronómicos en 2024

Variados eventos celestes, entre eclipses y lluvias de meteoros, brindará a los amantes de la astronomía el calendario de este año bisiesto de 366 días.
 
La noche del 3 al 4 de enero tendrá lugar la lluvia de meteoros de las Cuadrántidas con hasta 120 meteoros por hora, una de las más activas del año junto a las Perseidas en agosto —también conocidas como lágrimas de San Lorenzo— y las gemínidas en diciembre.

El 25 de enero, la «luna del lobo» marcará el primer plenilunio o luna llena del año, cuando la Tierra se halle entre el Sol y la Luna, casi alineados, y luego tendremos la Luna llena del 24 de febrero, tradicionalmente conocida como luna de nieve.

Marzo marcará el equinoccio, cuando el eje de la Tierra esté en posición perpendicular a los rayos del Sol y ambos hemisferios, norte y sur, reciben la misma cantidad de luz solar.

A lo largo del año hay dos equinoccios, el primero en marzo que marca la llegada de la primavera en el hemisferio norte y el otoño en el sur, y el segundo en septiembre que inicia las estaciones opuestas.

Un eclipse penumbral lunar ocurrirá el día 25 de marzo y la llamada «luna del gusano» iluminará el cielo esa noche.

El 8 de Abril habrá un eclipse solar total mientras la lluvia de meteoros de las Líridas, de hasta 20 meteoros por hora, y la «luna rosa», nombrada por la floración del Flox musgoso, engalanará el mes.

La lluvia de meteoros Eta Acuáridas tendrán su apogeo el 6 de mayo, originadas de los restos del famoso cometa Halley.

El 23 de mayo, la «luna de las flores» lucirá su esplendor y el 20 de junio, el solsticio de verano, el día más largo del año en el hemisferio norte, seguirá el ciclo incesante de las estaciones.

La «luna de fresa», dos días después, debe su nombre a la temporada de cosecha de esta fruta silvestre, mientras el 21 de julio la «luna del ciervo» coincide con el crecimiento de las cornamentas de esa especie y a fines de julio las Delta Acuáridas cautivarán en un cielo oscuro y despejado.

La lluvia de meteoros Perseidas, activas desde mediados de julio, tendrá su punto álgido del 12 al 13 de agosto, provenientes de los escombros del cometa Swift-Tuttle.

Agosto cierra con la «luna del esturión», nombrada así por las tribus nativas americanas debido a la abundancia de ese pez en la etapa.

El equinoccio recibe el otoño con la «luna de la cosecha» el 18 de septiembre, una superluna que esta vez será acompañada por un eclipse parcial lunar, donde la sombra de la Tierra oscurece parcialmente al satélite natural.

Octubre traerá consigo un eclipse anular solar visible en Sudamérica, durante el cual la Luna se posiciona entre la Tierra y el Sol sin cubrir completamente el disco solar, dejando un anillo de fuego visible en el cielo.

Las Dracónidas, lluvia de meteoros procedentes del cometa 21P/Giacobini-Zinner, alcanzan su pico en el décimo mes del año, y el 17 de octubre la «luna del cazador» se alza en el cielo y el 21 de octubre las Oriónidas aparecerán de los escombros del cometa Halley.

Noviembre inicia con la lluvia de meteoros Táuridas y la «luna del castor» del 15 de noviembre, mientras las espectaculares Leónidas alcanzan su cúspide ese mes, provenientes del cometa Tempel-Tuttle, desde la constelación Leo.

Júpiter será un espectáculo el 7 de diciembre por su posición óptima para la observación, y las Gemínidas tendrán su pico una semana después, aunque algo opacadas por la «luna fría».

El solsticio de invierno el 21 de diciembre marcará el día más corto y la noche más larga del año en el hemisferio norte y las Úrsidas tendrán su clímax.