Unicef llama a levantar restricciones de acceso al norte de Gaza para evitar colapso

El director ejecutivo adjunto del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Ted Chaiban, alertó que la situación en Gaza "está al borde del colapso" y dijo que es imperativo que se levanten las restricciones al acceso al norte del enclave palestino impuestas por Israel.

"Es imperativo que se levanten las restricciones de acceso, se garanticen unas comunicaciones terrestres fiables y se facilite el movimiento de los suministros humanitarios para garantizar que aquellos que llevan días sin ayuda reciban la asistencia que necesitan desesperadamente", dijo Chaiban tras visitar la zona.

A su vez, pidió que se garantice la fluidez del tráfico comercial en Gaza para reabrir los mercados y hacer que las familias dependan menos de la ayuda de socorro.

"También debe haber menos restricciones sobre el tipo de ayuda que podemos traer, como generadores para bombas de agua y tuberías para reparar las instalaciones de agua, que son fundamentales para restablecer los servicios de agua y saneamiento esenciales para la supervivencia de la población", afirmó.

Hasta 300.000 personas que viven en el norte de Gaza no tienen acceso a agua potable y apenas tienen alimentos y solo siete de las 29 entregas de ayuda previstas han llegado con éxito a sus destinos en esa zona en enero, señaló Chaiban.

"Ni un solo convoy de Unicef ha accedido al norte de la Franja de Gaza en 2024", afirmó al señalar que desde su última visita la situación humanitaria en Gaza pasó de "catastrófica a estar al borde del colapso".

"Si este declive persiste, podríamos ver muertes debidas al conflicto indiscriminado agravadas por muertes debidas a enfermedades y hambre", destacó.

El directivo de Unicef dijo que necesitan avanzar y que el comienzo es con el fin de los intensos bombardeos, "que no solo están matando a miles de personas, sino que también están impidiendo la entrega de ayuda a los supervivientes".

El pasado 7 de octubre, Hamás atacó Israel desde la Franja de Gaza, causando unos 1.200 muertos y cerca de 5.500 heridos y capturando a unos 240 rehenes.

En represalia, Israel declaró la guerra a Hamás e inició ataques masivos contra instalaciones civiles y otras en Gaza, al tiempo que imponía un bloqueo total al enclave palestino, cortando el suministro de agua, alimentos, medicinas, electricidad y combustible.

El 27 de octubre, Israel lanzó una incursión terrestre a gran escala en la Franja de Gaza.

La campaña de bombardeos ha dejado hasta la fecha unos 24.200 muertos y más de 61.100 heridos en el enclave palestino, según cifras oficiales.