Tú no me conoces: Michel Mirabal, tres décadas de arte y rebeldía visual
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En conversación con Arte por Excelencias, Michel Mirabal - Premio Excelencias del Arte en Cuba- repasa tres décadas de trayectoria, explora los matices de su obra más reciente, y adelanta los detalles de su gran exposición en noviembre de 2025.
En tus últimas instalaciones como Arquitectura de un sistema (Venecia, 2023) usas tubos de escape, pasaportes y alambres. ¿Cómo desafían estos materiales no convencionales tu relación tradicional con la pintura?
En Cuba, muchas personas solo conocen dos de mis series: la de las manos y la de las banderas, ambas centradas en la pintura. Sin embargo, desde hace tiempo he trabajado con materiales diversos en instituciones, galerías y museos fuera del país. El uso de elementos como tubos de escape o alambres no es nuevo en mi práctica; simplemente no era conocido. Por eso, para muchos ha sido una sorpresa ver esta faceta de mi trabajo.
Tu daltonismo se menciona como parte de tu identidad, pero nunca has detallado cómo influye técnicamente en tu paleta. ¿Es una limitación que transformaste en un lenguaje visual distintivo?
Me diagnosticaron daltonismo desde niño. Distingo bien los colores primarios, pero confundo otros. A veces no reconozco ciertos tonos, como el magenta o el rosado. Por eso, al comenzar mi carrera, decidí guiarme por una paleta personal, basada en lo que veo y siento, no en los colores convencionales. Esa decisión se ha convertido en parte de mi lenguaje visual.
De murales públicos en Cuba al videoarte (Éxodo, causas y consecuencias, 2023): ¿Qué te llevó a migrar hacia formatos inmersivos y colaborativos?
El arte suele ser una experiencia muy personal, pero también se enriquece con el trabajo colectivo, especialmente si colaboras con amigos a quienes admiras. Éxodo fue un videoarte realizado junto a Alejandro Pérez y Frank Fernández, dos figuras esenciales del arte cubano y amigos cercanos. Para mí fue natural y muy gratificante trabajar con ellos.
En la Bienal de Venecia abordas migraciones. ¿Cómo dialogan estas obras con tu experiencia personal de no poder estar lejos de Cuba sin deprimirte?
Como muchos cubanos, he vivido la migración cercana de familiares y amigos. Una de las experiencias más duras fue cuando mi hija menor se fue a vivir a Barcelona. Me costó mucho aceptarlo, pero entendí que era lo mejor para ella. Como padre, uno también debe aprender a dejar volar a sus hijos. Esta experiencia personal se refleja inevitablemente en mi obra.
Durante la COVID alimentaste a 90 familias desde la finca. Hoy, ¿cómo integras esa labor social con tu carrera internacional sin sacrificar ninguna?
En Finca Calunga, lo más importante no es el arte en sí, sino lo que este genera: redes de solidaridad. Gracias a las relaciones construidas con figuras del arte y otros ámbitos, hemos logrado llevar medicamentos a Cuba casi todos los años. Organizamos viajes, recolectamos donaciones, y mantenemos identificadas a familias que necesitan ayuda. No se trata de llenar vacíos que el Estado no puede cubrir, sino de sumar desde donde podamos.
Tus talleres con niños sin amparo filial: ¿Has documentado el impacto del arte en su recuperación emocional? ¿Qué historias te han marcado?
Aún mantengo contacto con muchos de esos niños. Algunos han tenido dificultades, pero la mayoría han salido adelante: tienen empleos, negocios propios, incluso se han convertido en influencers. Siempre he tratado de apoyarlos en lo posible, desde rescatar a alguno de una unidad policial hasta integrarlos en actividades de la finca. Verlos avanzar es una de las mayores satisfacciones que me ha dado el arte.
Tu formación musical y herencia de Martha Jean-Claude... ¿Hay proyectos sonoros o performáticos pendientes?
Recientemente me invitaron a grabar un tema como percusionista. También he conversado con Los Van Van sobre hacer una canción, todo esto en el marco de un proyecto documental que Netflix está preparando sobre mi vida, desde la infancia hasta hoy. La dirección estará a cargo de Alejandro Pérez. Es un proyecto muy personal, que refleja todas las etapas que he vivido, más allá del arte.
¿Sigues considerándote un "inconforme eterno" cuando tu obra ahora decora aeropuertos y palacios?
A pesar de mi proyección internacional, hace 15 años que no realizo una exposición personal en Cuba. No ha habido espacios ni oportunidades suficientes. Eso no me detuvo: simplemente expandí mi obra fuera del país. La Bienal de Arquitectura de Venecia, por ejemplo, fue un éxito rotundo. Aun así, sí, me sigo considerando un inconforme.
¿Algo más que quisieras añadir?
Este año celebro 30 años de vida artística y, tras más de una década, por fin podré exponer nuevamente en mi país. La exposición será en el Recinto Ferial de Línea y 18, en noviembre. Llevaré todo lo que nunca se ha mostrado en Cuba: murales, instalaciones, pintura. El título lo dice todo: Tú no me conoces. Será una exposición internacional, con grandes figuras del mundo de la cultura, desfiles de moda y críticos invitados. Me tiene completamente volcado, y muy feliz de volver a mostrar mi obra en casa.
Muchísimas gracias, Michel.
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