Autoridades de Texas, Oklahoma, Arkansas, Kentucky, Missouri y Tennessee, en Estados Unidos, informaron que durante el fin de semana perdieron la vida al menos 15 personas a consecuencia de fuertes tormentas, tornados, vientos persistentes e inundaciones que atravesaron la región.

El jefe de Policía de Cooke, una localidad rural al norte de Texas y límitrofe con Oklahoma, confirmó cinco fallecidos, entre ellos dos niños, aunque con posterioridad la cifra subió a siete. Añadió que tres de los cadáveres fueron hallados dentro de una casa del área de Valley View. Expresó su temor por el posible incremento de las víctimas mortales.

El responsable policial de Cooke, sheriff Ray Sappington, informó que se realizaba un operativo de búsqueda para localizar a dos menores de edad que hasta ese momento se daban como desaparecidos.

Otras dos víctimas fatales se reportaron en Mayes, Oklahoma, uno en Louisville, Kentucky, y cinco en diferentes condados de Arkansas (en este caso, al menos dos fueron en el condado de Boone).

El clima severo destruyó durante las últimas jornadas decenas de viviendas y dejó sin servicio eléctrico a miles de personas.

Al norte de la ciudad de Dallas, un fuerte tornado provocó en la noche del sábado cortes de vías, que diversos vehículos pesados se volcaran y daños en gasolineras donde se refugiaban conductores. Algunos de estos resultaron con lesiones y debieron ser trasladados a instituciones médicas por aire debido a la acumulación de escombros y desechos en carreteras.

Aunque los datos varían según el avance de las reparaciones, medios locales precisaban que quedaron sin electricidad casi 400.000 clientes en Missouri, Arkansas y Kentucky.

La devastación dejada por las tormentas también dejó a oscuras a más de 46.000 personas en Texas, más de 22.000 en Tennessee, casi 16.000 en Kansas y unos 14.000 en Indiana.