¿Quién es la francesa de la telenovela cubana Tan lejos y tan cerca?

¿Quién es la francesa de la telenovela cubana Tan lejos y tan cerca?
Fecha de publicación: 
20 Mayo 2022
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Doris Gutiérrez es una actriz cubana, nacida en la provincia de Las Tunas, que recientemente recibió el Premio Omar Valdés como reconocimiento a la obra de la vida, entregado por la UNEAC. Casada con un ciudadano francés hace casi 49 años, nunca imaginó que ese idioma le reabriría las puertas de la televisión cubana.

Teatrista de larga trayectoria, Doris devela, al Portal de la Televisión, aspectos que nos permiten conocer a esta avezada actriz y directora que ha llamado la atención de los espectadores desde el primer capítulo de la telenovela Tan cerca y tan lejos en su personaje de Dominique Lafont.

¿Cómo te interesaste por el arte?

- Nací en el central Jobabo. Desde que recuerdo ya yo estaba interesada en la actuación. No levantaba dos cuartas del piso y ya me pasaba la vida disfrazada, pintada con lo que encontraba y soñando con ir a Hollywood a actuar en películas.

“Mi padre trabajaba como mecánico en el ingenio y por las noches como proyeccionista del cine del pueblo. Crecí viendo películas y ese era mi juego preferido. En mi imaginación, lo mismo filmaba una película, representaba una comedia, que montaba un espectáculo de circo y payasos delante del espejo, que era mi cámara.

“Siempre dije que iba a ser artista. Así que después de la Alfabetización, cuando nos convocaron a Ciudad Libertad para las becas y me preguntaron qué quería estudiar, yo dije: Arte. De ahí me subieron en un ómnibus con otros estudiantes y nos llevaron para el Country Club, el que convirtieron en sede de la Escuela Nacional de Arte. Fui de los primeros 15 alumnos que llegamos a aquel lugar de ricos, yo venía de un pueblo azucarero de familia pobre, de obreros”.

Cuéntame sobre tu proceso de aprendizaje en la Escuela Nacional de Arte y tus inicios profesionales.

- Mi ENA fue maravillosa, viví esos 6 años intensamente. Además de la selección primera para estudiar allí, tenías que aprobar la especialidad y también la escolaridad. Si suspendías alguna de las dos eras dado de baja. En mi año empezamos dos grupos de actuación de 25 alumnos y terminamos 5, todas mujeres. Había mucha exigencia, hasta disciplina militar tuvimos.

“Cuando me gradué comencé mi vida profesional en Joven Teatro, el grupo que formamos los graduados, e  hicimos el servicio social en unidades militares y campamentos agrícolas. Al terminar esa etapa ingresé en Teatro Estudio y allí pasé toda mi vida hasta 1994, cuando mis intereses por la dirección me llevaron a la Compañía Hubert de Blanck”.

¿Cuál fue el impacto de los directores de Teatro Estudio en tu formación profesional?

- Para hablar del impacto formativo de los directores que allí laboraban, tengo que mencionar lo que aprendí con ellos: disciplina profesional, rigor artístico, ética del artista, exigencia de calidad estética y, algo que a mi juicio se ha perdido mucho en los actores, el buen decir.

“Teatro Estudio fue una gran escuela, donde los directores artísticos eran grandes profesores y cada uno tenía su estilo y estética. De todos aprendí mucho: Vicente Revuelta era un actor-director-maestro, pero prefería que lo viéramos como guía. Nunca estaba conforme con lo logrado y se empeñaba en motivar a los actores tocando las células más recónditas de su instinto, dejando un gran margen de libertad.

“Me gustó mucho trabajar con Raquel Revuelta, sobre todo por el espíritu de camaradería que desarrollaba, era muy exacta para decirte lo que necesitabas. Se situaba en el plano de colega y era muy cómodo trabajar con ella.

“Héctor Quintero era el más organizado, exacto y certero de los directores. Sabía exactamente lo que quería y como lo quería y no le fallaba lo que había concebido. Tenía un talento para captar, con profundidad y estilo propio, la vida del cubano.

“Abelardo Estorino, como director de su propia dramaturgia, tenía un gran dominio de su obra, pero le gustaba que los actores aportaran, que “generaran” como decía.

“Armando Suarez del Villar con la primera persona que trabajaba era con el diseñador, porque era un director que le gustaba partir de una visión plástica del espectáculo. Ante Armando hay que quitarse el sombrero por el gran trabajo que desarrolló con el teatro clásico cubano.

“Berta Martínez trabajaba con una intensidad sin igual y sus resultados lo dicen. Valiéndose de una elaboración muy consciente, era maestra de la cadena de acciones y del dominio del buen decir, sabía cómo hacer metáforas escénicas y convertir el drama en imágenes poéticas”.

Has participado como actriz en disímiles e importantes espectáculos del teatro nacional, ¿te fue fácil acometer la dirección?

- Cuando me propuse dirigir comenté con el Premio Nacional de Teatro, Vicente Revuelta: “Quiero dirigir, pero no logro saber qué. Tendré que buscar algo fácil para comenzar”.

-¡No! Me respondió Vicente

-Nunca busques algo fácil, busca algo que te haga vibrar y mientras más difícil mejor. Una obra que te presente muchas dificultades te hará encontrar grandes soluciones.

“Estas simples, pero sabias palabras fueron una de las enseñanzas más grande que he recibido. En cuanto a estilo, me gustan todos los que me sirvan para comunicar un sentimiento, una idea. Necesito que haya un buen texto, si tiene ideas profundas y poesía mejor. Me mueve la obra que exprese el alma del hombre, donde se sienta una filosofía de vida, donde se sienta latir al ser humano”.

¿Puedes referirte a tu trayectoria como directora teatral?

- Además de Los soles truncos, en la cual algunas de sus protagonistas obtuvieron Premios de Actuación, dirigí Electra o la caída de las Máscaras, texto que traduje del francés, lo cual fue una experiencia muy buena, porque la traducción te da un dominio muy íntimo del texto.

“Están también Los días felices, Las criadas, en dirección compartida con Mónica Guffanti, por la que obtuvimos premios de puesta en escena y premio de actuación para Mónica; María Estuardo y Tío Vania. Creo que no me ha ido nada mal como directora”.

¿En qué obras has actuado en el audiovisual?

- La única experiencia que tuve en TV fue en las aventuras Orden de Ataque, dirigida por Juan Vilar, en 1986. En el cine puedo mencionar Melaza de Carlos Lechuga y ya están viendo mi regreso a la televisión con la telenovela: Tan cerca y tan lejos, dirigida por Alberto Luberta y Loysis Inclán.

¿Qué recuerdos guardas de las aventuras Orden de Ataque?

- Es un trabajo que quiero mucho y fue muy importante para mí. Después de tantos años me hubiera gustado hacerlo mejor, pero recuerdo a Juan Vilar y a Nelson Flores y a mis compañeros actores, a los que me unió un gran afecto. De ellos puedo mencionar a: Luis Alberto Ramírez (hijo) y Omar Alí. Sentí tanto cariño por Jorge Martínez que, cuando mataron a su personaje en la aventura, me eché a llorar sin poder parar.

¿De qué manera enfrentaste el  retorno a la televisión después de 30 años?

- Actualmente se hace una televisión más ágil y tuve que adentrarme a ese ritmo de realización. Por suerte, integré un equipo maravilloso que me acogió con mucho respeto, cariño y simpatía. Me sentí ayudada por los camarógrafos y el colectivo en general.

“Al principio estaba como pez fuera del agua, pero me gustó mucho trabajar con Loysis y Luberta. Conocí gente amable y talentosa, entre ellos los actores Leidis Díaz y Delvis Fernández, con los que tuve muchas escenas, y Pedro Fernández, con el que compartí también distintas situaciones dramáticas”.

¿Cómo ha sido reconocerse en la pantalla y qué puedes adelantarnos de tu personaje?

- Me siento extraña porque no estoy acostumbrada a ver el resultado de mi actuación, debido a los largos años en el teatro. Sobre el personaje solo puedo decirte que su vida cambia como resultado de la COVID-19, se va aplatanando y comienza a ceder en ese carácter exigente que pudieron ver en la presentación del personaje. Estoy esperando las reacciones del público ante las ocurrencias de Dominique

¿Cuáles fueron los mayores retos que te impuso esta caracterización?

- Me exigió mucho. Yo estaba desentrenada porque hacía años que no actuaba y estuve vigilante al tema del acento para no perderlo. Tuve la ayuda de mi esposo ya que esa es su lengua y él trabaja con el idioma, le apasiona Martí y colabora con el Centro de Estudios Martianos.

¿En qué proyecto te encuentras actualmente?

- Integro el elenco de una película que está en producción. Me siento muy satisfecha con la acogida y el respaldo de los que aprecian mi actuación en la telenovela Tan lejos y tan cerca. Es muy gratificante.

 

 

Comentarios

Muy Elegante, bella actriz, simpatico personaje, disfruta y vive con alegria el estres que nos causa a los Cubanos las colas, en las tiendas y los problemas cotidianos, le pone alegria y positividad a la vida, es un ejemplo para la mujer Cubana. Aprender a disfrutar lo positivo, lo bello de la vida.
vilma.carrion@etecsa.cu
Bello, humano y refrescante personaje, gracias Doris por acercarnos a la vida de Dominique con tanta gracia y desenfado !
isabelitapr61@gmail.com
Muy simpática,es un personaje muy fresco que da un tono diferente a la novela.Muy acertada de hacer visibles rostros que hace mucho no vemos en el teatro o en pantalla.Gracias a Luberta y a Loysis
Me gusta mucho su personaje, su picardía, su optimismo. Todo tiene solución. Felicidades y mi respeto
yuritzaverdecia@nauta.cu
Muy buena actriz dios la bendiga y le de mucha salud
M

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