Puños dorados de Jorge Luis Felimón y reflexión sobre Mundial Juvenil (+ Video)

Todavía resuena el eco de los puños dorados del capitalino Jorge Luis Felimón (91 kg) en la polaca urbe de Kielce, sede del Mundial Juvenil de Boxeo que albergó a 414 púgiles de 52 naciones, entre ellos, nueve cubanos.

Fue Felimón el único monarca de nuestra armada en los cuadriláteros polacos, rendimiento de podio que se completó con los bronces de Dany Lafos (69) y Fernando Arzola (+91), además de un saldo de 29 victorias y 20 derrotas para la novel armada de Santiago Suárez.

Haciendo un análisis de la actuación de los nuestros, pudiera decirse que no fue tan contundente, ya que con escuadra varonil completa solo pudieron hacerse de tres podios, mientras, por ejemplo, en la cita universal de cadetes en Budapest 2018, se agenciaron un oro y un bronce con tres efectivos, y en San Petersburgo 2016 la foja fue de 2-2-0, con armada completa.

Ahora en Kielce, la India se alzó con el máximo honor (8-0-3), aupada por siete coronas de sus huestes femeninas. Rusia (3-5-3), Uzbekistán (3-1-6), Kazjastán (2-4-4) y Ukrania (1-3-2) completaron el quinteto de vanguardia, con los nuestros en la sexta plaza.

Eso da la medida de que continúan siendo la escuela rusa (incluye a sus exrepúblicas) y la cubana dos de las de mayor prestigio y empuje a nivel global, independientemente de que en nuestro país aún no se aprueba de manera oficial la práctica del pugilismo entre damas.

Felimón dio una demostración sólida en cada uno de sus pleitos. Video: Cortesía de la colega Rogmary García / Panorama Deportivo

La ruta de Felimón

En su camino al cetro, Felimón dejó sin opciones en el cuadrilátero al armenio Henrik Tshghrikyan por RSC en el segundo asalto; les recetó unánimes 5-0 al macedonio Ardijan Azemi y al ucraniano Mykyta Gorbatenko. Luego, en la semifinal, tuvo su escollo más rocoso en el ruso Ramazan Dadaev, a quien doblegó 3-2 viniendo de abajo tras haber cedido en el round inicial.

Ya en la definición, cruzaría puños con el anfitrión Jakub Straszewski, algo que siempre genera cierta incertidumbre y presión adicional, debido a los no pocos casos en la historia de jueces que favorecen a los púgiles de la sede.

Luego de un primer asalto un tanto impreciso en su golpeo y combinaciones producto de esa dosis extra de presión, sacó a relucir su mayor calidad, propinándole incluso par de conteos de protección a su oponente, al cual venció finalmente 5-0. Tres de los imparciales le concedieron cerrado 29-28 favorable, mientras los otros dos le conferían 30-25 y 30-26, respectivamente.

Su vellocino lo convirtió en el décimo boxeador de la Mayor de las Antillas en ese peso que logra alzarse con el título mundial juvenil. Le antecedieron:

1. Félix Savón 1985
2. Roberto Balado 1987
3. Michel López 1994
4. Odlanier Solís 1998
5. Yoan Pablo Hernández 2002
6. Erislandi Savón 2008
7. Yordan Hernández 2014
8. Leinier Peró 2010
9. Dainier Peró 2016.

Predecesores todos que, en mayor o menor medida, se establecieron y brillaron como hombres claves de las categorías crucero o súper completo en la élite.

La reflexión

Varias lecturas pueden desprenderse de lo acontecido en los cuadriláteros de Polonia:

La primera e indiscutible es que el boxeo cubano se mantiene en la élite del orbe en todas las categorías: cadete, juvenil y mayores. Pero debemos continuar trabajando.

Por ejemplo, en los pesos pequeños hemos cedido terreno, incluso ante rivales del área.

Y otras divisiones, como los 75 kg, carecen de un relevo sólido, confiable. Solo lanzo algunas alertas.

La segunda es que, en el afán de equilibrar la práctica del boxeo femenino con sus homólogos, se necesita implementarla de manera oficial en nuestro país.

Es cierto que otras disciplinas, como las pesas y la lucha, tardaron años en oficializar su práctica entre las damas, pero luego de introducirla y estructurarla desde edades escolares comenzaron a dar dividendos progresivos: nivel Centroamericano y del Caribe, Panamericano, Mundial y Olímpico.

¿Que es un poco rudo? Es cierto, como también se le consideró rudo y en contra de la estética femenil a sus disciplinas predecesoras. Pero eso no significa que las cubanas no posean todos los argumentos para emerger airosas, una vez instrumentada su práctica.

Conozco de cerca a muchas de las exponentes de la lucha y la halterofilia, y créanme que casi la totalidad de ellas conservan sus rasgos de feminidad y belleza natural, a la vez que destilan entrega y seriedad con sus entrenamientos.

No aseguro que en un ciclo podamos alcanzar el aval cualitativo que hoy día posee la India, pero mi apuesta es por el crecimiento de aquellas muchachas que se decidan a probar, si finalmente se descorren las cortinas del No.

Y les aseguro que lograrán excelentes dividendos. La estirpe del deportista cubano y nuestro considerable poderío en disciplinas de combate, derivado de nuestro temperamento y constante espíritu de lucha, estarían de inicio garantizados.

La invitación a reflexionar juntos sobre esta y otras cuestiones asociadas a la salud y futuro de nuestro boxeo está hecha. Por ahora, compartamos la gloria de Felimón, Lafos y Arzola.