PSG, ¿será por fin la hora de recoger frutos?

Las millonarias inversiones realizadas en los últimos años por el club francés París Saint Germain, a las que hay que sumar los elevados salarios de su plantilla, se encuentran a solo un partido de haber sido provechosas.

Para ser campeones de Europa es que el multimillonario catarí Nasser bin Ghanim Al-Khelaïfi abrió su cartera hace ya casi una década. Pasaron por ahí sin mucho éxito jugadores de gran cartel como el sueco Zlatan Ibrahimovic, el uruguayo Edinson Cavani o el argentino Javier Pastore, además de técnicos experimentados como el italiano Carlo Ancelotti o el francés Laurent Blanc, pero ninguno pudo siquiera conseguir lo que tiene ahora en sus manos el alemán Thomas Tuchel: la posibilidad de coronarse en el fútbol del Viejo Continente.

Ya el paso es de por sí importante, pero no suficiente si se toma en cuenta lo que ha costado económicamente. Por eso salir derrotado este domingo ante el Bayern Munich tendría un sabor agridulce.
No obstante, lo cierto es que el favorito es el once germano, una verdadera aplanadora que apenas mostró fisuras en los primeros minutos de la semifinal contra el Olympìque de Lyon, y al ser tan recientes difícilmente las vuelva a enseñar.

La principal arma del conjunto parisino es la magia del brasileño Neymar, divorciado con el gol, pero desequilibrante y siempre dispuesto a echarse encima los galones, y la velocidad y contundencia de Kylian Mbappé, que pueden hacer estragos en una zaga bastante lenta.

Sin embargo, primero tendrían que pasar por un mediocampo que se ha mostrado intratable y pelea todos los balones como si fuera el último. Ahí estará la clave del partido, y en dependencia de la libertad que consiga ganarse Neymar entre estos jugadores, así serán las posibilidades del PSG de imponerse.

Los bávaros han sido tan contundentes que en estos últimos choques no han necesitado que su estrella goleadora, el polaco Robert Lewandowski, se exhiba a su máximo nivel. Son una maquinaria que ataca en bloque y cualquiera puede llegar hasta la última línea, lo que los hace bien difíciles de contener.

El conocimiento que tiene Tuchel de su contrario pudiera ser otro elemento aprovechable para los de la Ciudad Luz, pero necesitarían siempre firmar su mejor partido para poder llegar al Nirvana que buscan desde hace años. Al menos así lo ve este redactor.