Hay en el deporte premoniciones, pronósticos, modelajes competitivos y atletas que sacan a relucir su casta a la hora de la verdad, sin importar experiencia internacional, edad o fogueo al máximo nivel.

En este último grupo pudiéramos situar a dos “imberbes” cubanos: José Ramón Pelier Córdova y Yarisleidis Cirilo, quienes se vistieron de oro en la segunda parada de las Copas del Mundo de canotaje, con asiento en Barnaul, en Rusia.

Hablamos de dos jóvenes que ya mostraron con creces sus potencialidades en la fase anterior de Szeged, Hungría, al conquistar por ese orden un bronce Pelier en el C-1 a 500 metros (1:53.85 minutos); y plata y bronce Cirilo por ese orden en el C-1 a 200 metros (47.88 segundos); y a 5 000 metros avalada por 25:59.76 minutos.

La salsa en Barnaul

Ese es apenas un aperitivo para adentrarnos en la salsa de los rendimientos de nuestros canoístas en las aguas rusas, donde si bien no acudieron varios de los mejores de la élite del orbe, el performance de los nuestros resulta más que loable y alentador.

Precisamente las distancias en las que se coronaron son las que se disputarán de manera individual en Tokio. Por lo que los 4:03.063 de Pelier, y los 48.736 de Cirilo tienen varias lecturas.

La primera de ellas es que ambos dominaron con solidez las tres regatas que disputaron:

Fragmentos de la regata finalista del C-1 a mil metros dominada por josé Ramón Pelier.

Pelier: 3:57.620 con parcial de 1:56.10 a los 500 metros, en preliminares. En la punta durante prácticamente toda la regata.

4:00.167-1:58.75 en la semifinal dos, igualmente a la cabeza del grupo todo el tiempo.

4:03.063-1:59.35 en la definición, marcando pauta en todo el segmento y con su compañero Fernando Dayán Jorge 4:07.523-02:04.00 en calidad de escolta plateado.

Cirilo: La más joven entre las concursantes con solo 19 abriles abrió a razón de 47.536 segundos en preliminares.

Luego en semis estampó el crono más rápido de toda la prueba con 47.155, dando fe de sus pretensiones en las aguas niponas del Bosque Marino, y aproximándose de a poco a los 44.504 de la canadiense Laurence VincenT-Lapointe, conseguida en 2018 en la propia Szeged, Hungría, registro que se erige como el más veloz para una fémina en la novel prueba.

Cerraría con el vellocino 48.736 segundos que le permitieron relegar a la curtida chilena María Mailliard (49.297); y a la rusa Irina Andreeva (49.473), por ese orden.

Mientras, Katherin Nuevo, compañera de equipo de Cirilo en el C-2 a 500, cubrió la distancia en 52.208 y se ubicó octava en la finalísima de nueve competidoras, después de conseguir 49.107 en instancia previa.

Ahora vayamos a las virtudes de nuestros portentos.

Pelier: Posee una explosividad al bogar que le permite desde los primeros 250 metros de segmento colocarse en puestos de vanguardia. A eso le suma, pese a su juventud y poco kilometraje aún, capacidad para mantener esa frecuencia de paletadas, dosificar sus energías y demostrar esa resistencia a la fuerza y la velocidad en los metros finales. De hecho, en sus tres regatas llevó la voz cantante desde el parcial de los 500 metros que marca la mitad de la ruta.

Por cierto, Pelier también dominó su manga clasificatoria del C-1 a medio kilómetro al marcar 01:54.424-55.69 tras los primeros 250.

Este domingo, buscará duplicar su cosecha dorada cuando se defina ese evento. Estaríamos hablando de seis regatas para nuestro as en solitario.

Cirilo conjuga explosividad y resistencia de la fuerza, convirtiéndose en un peligro con su canoa a cualquier distancia.

Cirilo: Destila talento, tanto en los 200 como en los 5 000. Dio fe de su nivel en Szeged ante oponentes de mucho mayor calibre y lo ha ratificado ahora en Barnaul.

Señal de que a sus 19 primaveras posee tanto explosividad como frecuencia y fuerza sostenida, para no declinar en los remates o 100 metros finales.

Si Nuevo le acompaña en ese concierto de sincronización, paletadas y ritmo, que se cuiden las rivales, que ya se andan halando los pelos tras sus demostraciones en los 200 metros individuales.

Este domingo pudiera ser igual de feliz para nuestra armada, pues pudieran sacar de Barnaul preseas por intermedio de Yarisleidis-Katherin en el C-2 a 500; Serguey Torres-Fernando Dayán en el C-2 a mil y en los 5 000 del C-1, una prueba de excelente aval para comprobar capacidades de frecuencia de paletadas, resistencia a la fuerza y en la cual traen como carta de presentación oro (Fernando) y bronce (Serguey), respectivamente.

Contundencia, luz y pasos firmes rumbo a tierras del Sol Naciente, donde, de continuar en el estado de gracia evidenciado en las Copas del mundo y en buena parte del presente ciclo, bien pudieran emerger como deporte eléctrico.