Pedro Páramo aguarda a Danza Contemporánea de Cuba
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Fotos: Yuris Nórido.
Estas fotografías se tomaron unos pocos días antes de que Danza Contemporánea de Cuba (y todas las compañías del país) debieron recesar sus actividades en cumplimiento de las medidas de las autoridades sanitarias ante el impacto del nuevo coronavirus.
En los salones del Teatro Nacional de Cuba se montaba el que iba a ser el próximo estreno de la agrupación: Páramo, creación de la coreógrafa Laura Domingo a partir de uno de los textos fundamentales de la literatura en español: Pedro Páramo, del mexicano Juan Rulfo.
Iba a ser y será. Porque pronto los bailarines regresarán a los salones del Teatro Nacional para continuar un montaje que ya está bastante adelantado.
Quien ha leído la obra comprenderá que es difícil versionarla para la danza, asumiendo sus disímiles implicaciones.
En su novela Rulfo articula un extraordinario sistema metafórico; Laura Domingo propone una traslación al lenguaje coreográfico que se regodea en las emociones para convertirlas en acciones concretas. Poética del movimiento.
Desde hace meses los bailarines permanecen en sus casas. Y por sugerencia expresa de la coreógrafa se han acercado al texto para comprender motivaciones.
Y Laura Domingo sigue pensado su pieza.
Es un empeño al que se sumó el músico Jorge Amado, quien partió de unas partituras de Chopin que, en su opinión y la de Domingo, dialogan con el universo poético de Rulfo.
Danza Contemporánea de Cuba, dirigida por el maestro Miguel Iglesias, cumplió recientemente 61 años. El festejo mayor, que es bailar sobre un escenario para su gran público en Cuba y el mundo, tardará un poco todavía: el cuerpo de un bailarín es una “maquinaria” que debe ponerse a punto poco a poco.
Pero a este elenco le sobran deseos. Siguen sintiendo la danza, viviéndola, aunque estén lejos de salones y teatros.
Siempre tuvieron la certeza de que regresarían.
Y ahora, Pedro Páramo los aguarda
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