Onelio sigue contando

Hace 35 años, un 29 de mayo, Onelio Jorge Cardoso dejó de alentar sobre esta tierra, pero aun así, sigue contando, haciéndole honor al apelativo con que ha pasado a la historia de las letras cubanas: el Cuentero Mayor.

Tanto es así, que son muchas las generaciones de cubanos, y lo seguirán siendo, las que han descubierto al pequeño caballo de coral galopando en las profundidades marinas,  o se han asombrado con aquel interminable majá descrito por Juan Candela.

Nacido en Calabazar de Sagua, Santa Clara, también en mayo, un día 11 de 1914, Onelio, que no vino al mundo en cuna de seda, supo hablar con voz propia de aquellos que vivían pegados al surco, a la tarraya, y también de cuánto puede salvar la fantasía y la imaginación.

Era tan grande su vocación por contar, por hablarle al prójimo develándole vitales secretos que van de la mano de la sensibilidad, que ganó su primer premio literario con tan solo 22 años, pero fue tiempo después cuando realmente su nombre resonó en el panorama de las letras cubanas para no acallarse más.

A él debemos libros como Taita, diga usted cómo (1945), El cuentero (1958) El caballo de coral (1960), Cuentos completos (1962), La otra muerte del gato (1964), El hilo y la cuerda (1974), La cabeza en la almohada (1983), Negrita (1984) y Dos ranas y una flor (1987).

Son solo algunas de sus obras, donde también se incluyen reportajes periodísticos, pero aun cuando se resumiera en detalle el título de cada uno de sus libros y cuentos, la única manera de conocer a Onelio Jorge Cardoso es asomándose a su prosa y dejándose llevar por su decir, que siempre enseñará, como apuntaba uno de sus personajes, a “Ver lo que necesitan ver los ojos cuando ya lo han visto todo…”