Misión TRACERS: satélites gemelos descifrarán los secretos del campo magnético terrestre
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Foto: Andy Kale/ University of Iowa
Una explosión invisible capaz de liberar en un instante tanta energía como la que consume Estados Unidos en un día ocurre regularmente sobre nuestras cabezas. Este fenómeno, conocido como reconexión magnética, será el objetivo de la misión TRACERS, de la NASA, con lanzamiento previsto para fines de este julio o principios de agosto, desde la Base de la Fuerza Espacial de Vandenberg, en California.
La misión, según informó la NASA, buscará profundizar en el funcionamiento de la reconexión magnética en la magnetosfera terrestre y mejorar la predicción del clima espacial, un factor con impacto directo en sistemas eléctricos, navegación y comunicaciones en la Tierra.
“El campo magnético de la Tierra actúa como una burbuja protectora que desvía buena parte del viento solar. Puede imaginarse como un imán de barra que gira y flota en el espacio”, explicó John Dorelli, líder científico de la misión TRACERS en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, en un comunicado.
Cuando el flujo solar impacta la magnetosfera, la acumulación de energía abre la puerta a que las líneas magnéticas se rompan y lancen partículas a gran velocidad: “Eso es la reconexión magnética”, detalló Dorelli.
Las aberturas en los polos, llamadas cúspides polares, funcionan como embudos que permiten a las partículas cargadas atravesar la atmósfera y chocar con los gases atmosféricos, generando fenómenos como las auroras. Además, este mecanismo puede alterar sistemas eléctricos y de comunicación, convirtiéndose en un elemento clave del clima espacial.
Ambos satélites llegaron a la Base de Vandenberg en junio último y actualmente están siendo integrados al lanzador Falcon 9.
En ese sentido, la misión TRACERS (Tandem Reconnection and Cusp Electrodynamics Reconnaissance Satellites) ofrecerá una observación inédita.
Son dos satélites gemelos, ligeramente más grandes que una lavadora, que serán lanzados a bordo de un Falcon 9 de SpaceX y orbitarán la Tierra a unos 580 kilómetros de altura a más de 25.700 kilómetros por hora.
Ambos satélites viajarán en formación, equipados con instrumentos para medir distintos parámetros del plasma —gas ultra caliente e ionizado— y su interacción con la magnetosfera. La órbita sincronizada con el Sol permitirá que crucen de forma continua la cúspide polar diurna del hemisferio norte, región donde la reconexión magnética es especialmente intensa.
El objetivo es registrar miles de eventos de reconexión en esas zonas concretas para elaborar una imagen precisa y en evolución de cómo varía este proceso entre el lado diurno y nocturno de la Tierra.
Así, TRACERS profundizará en cuándo y cómo el escudo magnético terrestre se abre para dar paso al material solar.












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