Pudiera ser una foto inédita del universo y su grandiosidad captada por el telescopio James Webb, pero es la imagen más detallada que científicamente se ha conseguido de lo más pequeño del ser humano: una célula.

No es del todo reciente, pero cada vez que uno se la tropieza en el ciberespacio no queda menos que asombrarse, detenerse a mirar y pretender adentrarse en ese paisaje cuasi surrealista que, multiplicado por más de 37 billones de veces, nos compone.

La imagen fue lograda mediante una combinación de rayos X, resonancia magnética nuclear y microscopía crioelectrónica, y en ella no son ciudades extraterrestres o bosques fantásticos lo que se aprecia, sino el paisaje de una célula eucariota con su mitocondria, una porción del núcleo y su membrana, así como lisomas y otras estructuras que invitan a meditar sobre la maravilla que somos o pudimos ser.