El Gobierno iraní recomienda a Estados Unidos que deje de fabricar escenarios con el propósito de intensificar las tensiones en la región de Asia Occidental.

El portavoz de la Cancillería iraní, Said Jatibzade, ha rechazado este jueves unas declaraciones del todavía presidente de EE.UU., Donald Trump, y del Comando Central de Estados Unidos (Centcom, por sus siglas en inglés) contra Irán.

El vocero iraní alude así a las recientes acusaciones de Trump y otras autoridades norteamericanas que implican a Irán en el ataque registrado el domingo contra la embajada estadounidense en Bagdad (capital iraquí).

Jatibzade ha tachado esas acusaciones de “infundadas y fabricadas”, además, ha subrayado el rechazo de Irán a cualquier ataque contra las misiones diplomáticas.

En ese caso en concreto, ha destacado el vocero iraní, el dedo acusador debería apuntar al propio Gobierno de Estados Unidos y sus aliados en la región, que buscan aumentar las tensiones y nuevas conspiraciones en Asia Occidental.

“La respuesta de Irán al terrorismo de Estados Unidos es obvia, valiente y adecuada y, por lo tanto, el régimen de Estados Unidos debería utilizar escenarios más plausibles para justificar sus conspiraciones”, ha indicado el funcionario persa.

Por otra parte, el portavoz de la Cancillería iraní ha advertido al inquilino de la Casa Blanca que evite crear tensiones en sus últimos días de su mandato, puesto que, agrega Jatibzade, la República Islámica de Irán responsabilizará al Gobierno estadounidense de las consecuencias de cualquier acto imprudente en la situación actual.

La embajada estadounidense ha sido blanco de varios atentados, especialmente, después del martirio del comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, y del subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Muhandis, el 3 de enero en una operación terrorista efectuada en Bagdad por orden directa de Trump.

El asesinato de Soleimani y Al-Mohandis, considerados héroes de la lucha contra terrorismo regional, provocó la ira no solo de los iraníes, sino de todo el pueblo iraquí, por lo que el Parlamento de Irak aprobó una resolución demandando la salida de las tropas estadounidenses de su territorio.

Sin embargo, Washington se niega a abandonar Irak y, según muchos funcionarios y figuras políticas del país árabe, ha convertido su embajada en Bagdad en una base militar en el corazón de la capital iraquí al instalar sistemas de defensa y misiles y desplegar sus fuerzas en el recinto, lo que representa una amenaza para la seguridad del país.