Francia contiene la respiración ante posible cohabitación entre Macron y Bardella
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Imagen tomada de https://www.france24.com
Francia contiene la respiración ante una posible cohabitación entre Macron y Bardella
Francia se remece a la espera de la inédita segunda vuelta de las elecciones legislativas del 7 de julio. Tras la primera vuelta, en la que el partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN) alcanzó resultados históricos (33% de los votos), el futuro político del país es más que nunca incierto.
Si el partido de Marine Le Pen alcanza la mayoría en la cámara baja del Parlamento, Jordan Bardella, el joven presidente de RN, podría convertirse en el nuevo primer ministro de Emmanuel Macron.
El mandatario, que decidió disolver la Asamblea Nacional tras los pobres resultados de su partido en los comicios europeos del 9 de junio, se está preparando para una posible cohabitación, un escenario político en el que, al perder las elecciones legislativas, el presidente se ve obligado a nombrar un primer ministro del lado de la oposición.
La primera vuelta de las legislativas, celebradas el domingo 30 de junio, vio imponerse a las tres fuerzas políticas mayores: la extrema derecha, que ya logró asegurar la elección de 39 diputados en la Asamblea Nacional; la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular (NFP), que reunió el 28% de los votos y ya tiene 32 diputados electos en una sola vuelta; y la fuerza presidencial, con un resultado del 21% de los votos y que solo aseguró dos diputados en la primera vuelta.
Debido al resultado débil de la formación oficialista, se prevé que pierda la mayoría absoluta que tenía hasta ahora en la Asamblea Nacional, donde, aliado a varios grupos de centroderecha, gozaba de 346 de los 577 diputados.
En consecuencia, tendría que elegir a un primer ministro del bando de la oposición -el más probable es Jordan Bardella-, en caso de que Agrupación Nacional logre la mayoría absoluta (al menos 287 diputados), o un político de la izquierda (ningún nombre fue confirmado), en el caso de que la izquierda se imponga el domingo.
Estos escenarios preocupan a la población francesa que está cada vez más polarizada y que teme un bloqueo de las instituciones. Aunque la extrema derecha constituye hoy una fuerza política mayor en el país, gran parte de la población es muy crítica con el partido de Marine Le Pen, al que acusa de tener un programa racista, basado sobre el principio de preferencia nacional y el miedo a la inmigración.
Francia ya ha vivido tres periodos de cohabitación en la V República, con un presidente y un primer ministro de bandos políticos distintos, la primera vez en 1986 y después en 1993 y 1997.
En 1986, el presidente de izquierda François Mitterrand perdió las elecciones legislativas y nombró a Jacques Chirac, de la derecha, como primer ministro. Esta primera cohabitación fue muy conflictiva, ya que, además, se enfrentaron dos años después en las presidenciales de 1988.
“Esto dio lugar a conflictos muy acalorados durante la primera cohabitación entre Mitterrand y Chirac, que acabaron con Mitterrand tirando por lo alto y reclamando lo que Jacques Chaban Delmas definió como el 'dominio reservado' del jefe del Estado: la defensa y la política exterior”, explica Pierre-Emmanuel Guigo, profesor de Historia en Universidad de París Este Créteil.
Mitterrand permitió definir para las próximas cohabitaciones estos dos papeles reservados del presidente y se negó a facilitarle el trabajo a Chirac. Sin embargo, Jacques Chirac logró hacer varias reformas importantes rápidamente, como una serie de privatizaciones en julio de 1986.
De manera general, la cohabitación fue bastante difícil: "No ocultaré que no siempre fue fácil. No tuve un camino de rosas durante ese periodo, si me atrevo a decirlo", confió Chirac en la cadena de televisión TF1 en 1990.
François Mitterrand, cuyo mandato presidencial fue renovado en 1988, conoció otra cohabitación en 1993, cuando el Partido Socialista sufrió una derrota sin precedentes en las legislativas. Mitterrand nombró primer ministro a Édouard Balladur, antiguo ministro de Economía durante la primera cohabitación.
Aunque esta cohabitación fue menos tumultuosa que la primera, también sufrió obstáculos como, por ejemplo, sobre el tema de las pruebas nucleares francesas en el Pacífico, que deseaba el primer ministro, pero al que se negó el presidente.
Finalmente, otra cohabitación tuvo lugar durante la Presidencia de Jacques Chirac, que tuvo que nombrar a Lionel Jospin, de la oposición, en 1997, tras la victoria de la izquierda en las legislativas. Esta vez, fue calificada de “constructiva” por el jefe de Estado.
¿Cuáles son los roles reservados de cada uno?
Dependiendo de si el primer ministro y el presidente vienen del mismo bando político o no, sus papeles evolucionan. De facto, el presidente dirige claramente el país y existe un consenso entre él y su primer ministro.
Pero en caso de cohabitación, las dinámicas de poder cambian, ya que el primer ministro “lucha por defender sus prerrogativas y las de su gobierno, que son muy importantes en virtud del artículo 20 de la Constitución, según el cual el gobierno dirige la política de toda la nación”, explica Pierre-Emmanuel Guigo.
El presidente nombra al primer ministro y este después elige a su gabinete. El jefe de Estado suele nombrar al candidato propuesto por la mayoría parlamentaria para evitar un futuro bloqueo de su parte.
El jefe de Estado también es el jefe de las Fuerzas Armadas y garante de las instituciones, detenta la disuasión nuclear y nombra a cargos administrativos y gubernamentales. También puede disolver la Asamblea Nacional, aunque una disolución no se puede llevar a cabo en el año siguiente a la primera, por lo que Macron no podría usar este poder por un tiempo.
Aunque, gracias a Mitterrand, el presidente suele dirigir los ámbitos de política exterior y de defensa, en caso de victoria de la extrema derecha, este estatus quo podría verse amenazado.
Unos días antes de la primera vuelta legislativa, Marine Le Pen, lideresa del partido de extrema derecha, ya dejo claro a Emmanuel Macron en una entrevista para el medio “Le Telegramme” que, en caso de lograr la mayoría absoluta, su partido buscaría beneficiarse de todos los poderes conferidos al primer ministro, incluso la política exterior.
Le Pen afirmó que, para el presidente, "ser jefe de las Fuerzas Armadas es un título honorífico, ya que es el primer ministro el que maneja los hilos." También añadió: "Bardella no tiene intención de pelearse con Macron, pero ha trazado algunas líneas rojas. En Ucrania, por ejemplo, el presidente no podrá enviar tropas".
Aunque, de manera general, las cohabitaciones siempre han funcionado mal que bien, este caso podría ser inédito.
Si Bardella efectivamente logra llegar a ser primer ministro, se puede esperar una cohabitación complicada con el jefe de Estado. A diferencia de los escenarios pasados, Agrupación Nacional es un partido de oposición que nunca ha gobernado y que constituye el mayor adversario político de Macron.
Jordan Bardella tendrá como objetivo demostrar que puede dirigir el país y llevar a cabo las reformas que su partido ha prometido, mientras que Macron se posicionaría como primer crítico de estas políticas, usando todas las herramientas disponibles para bloquear las reformas que considere.
“Existen desacuerdos muy profundos como sobre Ucrania o la posición respecto a Rusia, lo que podría desencadenar una grave crisis”, advierte Pierre-Emmanuel Guigo. Además, la política europea es otro tema de fuerte desacuerdo entre ambos, ya que Macron es proeuropeo y el partido de Le Pen quiere renegociar los tratados de la Unión Europea.
Entre las primeras reformas, se esperan varias sobre inmigración, el tema de predilección de Agrupación Nacional, como una mayor permeabilización de las fronteras.
Jordan Bardella ya anunció querer tomar medidas de emergencia apenas llegue al Gobierno. "Las primeras podrían ser la supresión de la Ayuda Médica del Estado (AME), que garantiza un mínimo de acceso a la salud para las personas que han permanecido en territorio francés por al menos tres meses, o la reducción de la posibilidad para los extranjeros en situación legal en Francia de reunirse con miembros de su familia", explica Isabelle Tarzaali, experta de cuestiones migratorias.
El Consejo Constitucional francés ya se expresó sobre la supresión de la AME, que consideró contraria a la Constitución, recuerda Tarzaali, quien añade que "la cuestión es saber si las instituciones de control del poder político permitirán garantizar las bases de la democracia o si su poder también podría verse debilitado y reformado".
¿Bloqueo de las instituciones, ingobernabilidad?
En caso de que ningún bloque político logre la mayoría absoluta en estas elecciones, el primer ministro debería ser nombrado entre el grupo que obtuvo la mayoría relativa y los grupos políticos deberán aliarse para poder votar leyes en la Asamblea Nacional, de acuerdo con el nuevo equilibrio de poder creado.
Agrupación Nacional podría entonces unirse a Los Republicanos, el partido de derecha del que una parte de sus candidatos ya se alió a la extrema derecha.
Sin embargo, Jordan Bardella ha expresado sus reservas ante la idea de gobernar sin mayoría absoluta por temor a enfrentarse constantemente a situaciones de bloqueo. En este caso, no se sabe quién podría ser nombrado jefe de Gobierno.
En caso de que el izquierdista NFP logre una mayoría relativa, las alianzas se perfilan más complicadas, ya que la izquierda se opone fuertemente al partido de Emmanuel Macron y a los otros partidos de derecha y extrema derecha. Se teme entonces una ingobernabilidad y un bloqueo de la cámara baja. En todo caso, el escenario del domingo 7 de julio promete ser inédito.
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