Foro de Sao Paulo: 30 años defendiendo la unidad y el futuro de nuestros pueblos
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Las palabras del líder histórico de la Revolución Cubana en varios momentos en que se reunían miembros de los partidos y dirigentes políticos de la izquierda latinoamericana y caribeña, nunca serian tan contundentes y estremecedoras como aquellas en las que avizoró y alertó una y otra vez que solo la unidad nos salvaría, salvaría a los pueblos, a la humanidad, al futuro. Y es que para nuestro Fidel, sin importar procedencias, diferencias raciales, étnicas o credos religiosos, sin que lo definiera el sistema político escogido, “sin socialismo o con socialismo”, nada podía ser más importante que la unidad.
Esa ha sido la esencia, más allá de aciertos y desaciertos, que ha permitido que el Foro de Sao Paulo - ese grupo de concertación de partidos políticos en los que ya se rompen las fronteras de Nuestras América para enlazarse con agrupaciones, organizaciones y amigos de muchas partes del mundo –arribar a su 30 aniversario este 4 de julio, encabezando las luchas por los ninguneados, los más necesitados, los que poco importan para el gobierno norteamericano y la derecha mercantil que ha intentado siempre absorber y aplastar lo mejor del ser humano.
Mucho se ha intentado mancillar la imagen de quienes integran el Foro de Sao Paulo, en tiempos en los que la guerra de cuarta generación ha sido también empleada para arremeter de forma feroz e ininterrumpida, utilizando todas la armas y formatos posibles, contra la izquierda. No por gusto, tras la contraofensiva imperial y el auge de la derecha neoliberal aliada en el continente y el evidente retroceso de proyectos sociales de país y de la propia integración nuestramericana, a los miembros del Foro se les ha culpado de querer aferrarse al poder, de promover golpes de Estado y acciones violentas y hasta se les ha amenazado.
La resistencia de quienes si conocen de solidaridad, de cooperación, de dialogo, de quienes hasta en los momentos más complejos de la izquierda regional y mundial han sido capaces de sentarse, mirarse a los ojos y poner por encima de intereses individuales, los de los pueblos, concertando acciones y criterios comunes, líneas de trabajo y buscando siempre motivos para seguir luchando por un futuro mejor que también desde su propia fundación, el Foro de Sao Paulo y sus creadores, nos inculcaron que es posible.
Quienes recuerdan o ven en imágenes tras el paso del tiempo aquellos momentos iníciales en los que Lula y Fidel dialogaban e impulsaban la lucha, aunque ya no existiera el campo socialista, aunque algunos hablaran del fin de la historia, reconocen en aquellos días la misma inspiración de los que seguimos luchando hoy, aunque las amenazas sean mayores, incluida la Covid-19 que golpea con la muerte a miles de seres humanos, derrotando las políticas neoliberales de gobiernos con sistemas de salud colapsados, porque nada más saben de mercado y no de salvar vidas. Por eso sobran los motivos para seguir y para que exista el Foro de Sao Paulo: ahí está Venezuela resistiendo, ahí está Nicaragua construyendo un país mejor, ahí está Lula libre dando batalla, aquí está la Cuba solidaria venciendo la pandemia, salvando vidas, sentando banderas y siendo acompañada – gracias también al Foro de Sao Paulo – por millones de amigos de todos los continentes.
No podría encerrarse en pocas palabras todo lo que ha significado, sería injusto tratar de encapsular su dimensión. La realidad, aunque pretendan ignorarla, es que el Foro de Sao Paulo ha sabido siempre estar a la altura de su tiempo y de los pueblos y hoy estos lo necesitan más que nunca. Todo tiempo futuro tendrá que ser mejor, y aunque llevarnos al pesimismo ha sido también uno de los esfuerzos mayores de quienes nos atacan, se ha impuesto la voluntad, la renovación, la búsqueda de otras salidas – múltiples – a la que también se han sumado intelectuales, artistas, movimientos y activistas sociales, comunicadores, pensadores.
Esta ha sido también una obra de grandes, y con la mayor de las entregas y una férrea fe en la victoria, deberemos seguir construyéndola y defendiéndola. Sean los 30 años del Foro de Sao Paulo un momento también para repensarnos, para aprender y rescatar aquello que nos ha traído hasta aquí y defender sin medias tintas el camino que debemos recorrer, entre todos, por todos y para todos, con entrega, amor, unidad y firmeza absoluta. En ello nos va la vida.
¡La unidad antimperialista y antineoliberal, es la táctica y la estrategia de la Victoria!
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