Espeleoturismo en Cuba: Ver para creer al interior de la tierra

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Espeleoturismo en Cuba: Ver para creer al interior de la tierra
Fecha de publicación: 
6 Julio 2023
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La fascinación por cuevas, grutas y cavernas es fácil de explicar: no es solo lo que tienen de misterioso o de retador, sino también los muchos tesoros que guardan las entrañas de la tierra, tesoros naturales, biológicos, históricos e incluso artísticos. Precisamente, ir al encuentro de esos valores es lo que busca el turismo espeleológico o espeleoturismo; una modalidad del turismo de aventura y una variante del geoturismo.

El espeleoturismo demanda, por un lado, que las cuevas sean conservadas y adaptadas a la actividad turística —respetando los espacios— y, por otro, una actitud ambientalmente ética de los viajeros, que permita una actividad sostenible.

Cuba que, según las fuentes especializadas, tiene el 60 por ciento de su superficie carsificada y más de 25 000 cuevas, algunas de ellas consideradas «museos naturales», es un paraíso para los amantes de esta modalidad.

Cuevas como las ubicadas al Occidente de la Isla, en Viñales, Pinar del Río; o en la Isla de La Juventud, destacan por la huella aborigen que conservan, la belleza de sus espacios y las facilidades de acceso que se les han creado.

En el Registro Nacional del Arte Rupestre Cubano están asentadas las pictografías y petroglifos elaborados intencionalmente en cavernas, solapas, grutas y rocas antes de la llegada de los conquistadores.

En base a lo acopiado en ese registro, un número considerable de investigadores cree que Cuba constituye el país del Caribe insular que posee la documentación más completa de esa expresión.

Esa resulta, sin dudas, una motivación extra para visitar estas estructuras naturales en la Mayor de las Antillas. Y si bien las más famosas se hayan en la región occidental, en el Oriente hay también muchas sorpresas al respecto.

De hecho, una proyección en esa parte del país es dar valor de uso turístico a cuevas muy interesantes, y que son solo de dominio de los espeleólogos.

No obstante, Excelencias propone tres sitios que sí pueden visitarse ya y resultarán muy llamativos para los espeleoturistas.

La Cueva del Paraíso en Baracoa

La Cueva del Paraíso en Baracoa

Dicen que en su interior está enterrado Guamá, ícono de la lucha aborigen contra los conquistadores; pero sea o no leyenda, la Cueva del Paraíso en Baracoa, provincia de Guantánamo, tiene méritos sobrados para ser visitada.

Alrededor de 2 000 piezas de la cultura taína se han encontrado ahí; y se han descubierto enterramientos y petroglifos de más de 3 000 años de historia.

A ese lugar pertenece el hallazgo de una copia del ídolo del tabaco, considerada como uno de los descubrimientos taínos más representativos del Caribe.

En la cueva están expuestas joyas, cerámicas, esculturas y restos fósiles de los aborígenes. También se puede aprender, gracias a los guías, sobre los ritos funerarios, y observar a través de representaciones en escultura la vida de los taínos.

Otros elementos que caracterizan a la cueva son su condición de mirador: desde ella se puede ver la ciudad y la bahía; el constante sonido del agua, y las estalagmitas y estalactitas.

La Cueva del Silencio o de los Panaderos de Gibara

La Cueva del Silencio o de los Panaderos de Gibara

El sistema cavernario de Gibara, en Holguín, tiene cerca de 30 cuevas, lo que no es de extrañar pues más más del 50 por ciento de su territorio lo constituyen zonas cársicas.

De ellas, una de las más célebres es la Cueva de los Panaderos o Cueva del Silencio, con un desarrollo total explorado de 3 000 metros.

El curioso nombre se debe a un grupo de personas que la exploraron paulatinamente, y dejaron escrita esa denominación. Se calcula su antigüedad en alrededor de 90 millones de años, formada en el período cretácico inferior, de la era mesozoica.

La cavidad tiene cuatro niveles, y es posible apreciar en ella cuatro especies de murciélagos, el seudoescorpión y el grillo de las cavernas. La excursión se extiende unos 750 metros, y desciende 32 metros hasta el nivel del mar.

Es posible disfrutar, además, de las  estalactitas y estalagmitas en las galerías,  y de las formas que aluden a animales, objetos, y personajes de películas:  el fantasmita Casper, un mamut, una trompa de elefante, o un marco para fotografías. También posee un lago subterráneo de aguas frías.

La cueva, de conjunto con el sistema cavernario La Polja de Cementerio, al cual pertenece, ofrece más de dos kilómetros de galerías exploradas, que componen el sendero espeleoarqueológico Dr. Antonio Núñez Jiménez.

El Sendero Natural Arqueológico El Guafe en Niquero

El Sendero Natural Arqueológico El Guafe en Niquero

Una aldea subtaína que conserva los restos de un antiguo lugar ceremonial y otro funerario, datados en miles de años antes de la llegada de los conquistadores, es una de las mayores atracciones del Sendero Natural Arqueológico Interpretativo El Guafe, en el Parque Nacional Desembarco del Granma.

A siete kilómetros de Portada de La Libertad, entrada principal del parque, comienza este sendero natural, donde pueden apreciarse aves como el tocororo, el negrito, el zunzún, el churroso y verde o el carpintero jabado; la lagartija de hojarasca; y flores como los curujeyes.

En el Guafe se ubican las reservas arqueológicas más importantes de Cuba. Dentro de la aldea destaca la Cueva del Ídolo del Agua, dedicada a la deidad Atabey.

La deidad está esculpida en estalagmitas en medio de un pequeño espejo de agua, que solo ilumina el sol de invierno, una vez al año, concretamente el 22 de diciembre.

El recorrido, que permite observar cuevas ceremoniales y funerarias, dura unas dos horas.

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